Hace unos meses leíamos La Memoria Histórica sigue abriéndose paso en la ciudad de Málaga :
“…A pesar de los pesares la Memoria sigue abriéndose camino aunque a veces con pírricos resultados. Es el caso de la fosa común más grande de Estado español– como vergonzantemente camuflan últimamente el viejo nombre de España– en la que durante 20 años fueron enterrados 4.374 residentes en Málaga-de 1937 a 1957- aunque solamente se han podido reconstruir los cuerpos de 2940, de los que, sometidos a los en teoría avanzados estudios de ADN, solamente se ha identificado a UNO del que nos han dado el nombre y sí el de su hija: doña Francisca Córdoba”
Al parecer la vecina Granada no se vio libre de tales barbaridades y hay quien no quiere que se olviden y es por eso por lo que se ha celebrado HTTP://IUALMUNECAR.BLOGIA.COM/2010/071901-HOMENAJE-A-LAS-VICTIMAS-DEL-FRANQUISMO-EN-LA-TAPIA-DEL-CEMENTERIO-EN-GRANADA.PHP con lo que se establece una sangrienta rivalidad entre ambas ciudades por el número de masacrados en los cementerios de San Rafael y San José, respectivamente y que ante las cifras que se presentan podemos decir que ha habido un empate técnico a salvajadas.
El acto-homenaje a los 3.900 republicanos fusilados por los franquistas en la tapia del cementerio de Granada que está en proceso de ser declarada Lugar de Memoria fue organizado la Asociación Granadina para la Recuperación de la Memoria Histórica.
Leemos en un periódico local: “En la tapia del cementerio de San José se produjeron al menos 3.720 fusilamientos y no 2.400, tal y como los historiadores habían logrado documentar hasta la fecha. Así lo acredita el informe que la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) de Granada presentó ayer al delegado de Cultura, Pedro Benzal, que se comprometió a agilizar la declaración de Sitio Histórico de este trágico muro de la historia reciente”
Seguramente. y para satisfacción de aquellos a quienes hiere su sensibilidad la celebración de estos actos, todo se acabará cuando ya no quede ningún familiar directo de aquellos que tuvieron la desgracia de vivir en una época en que parte de la sociedad quiso saldar viejas cuentas con la clase que detentó todo el poder y la riqueza.
