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Estaba buscando con no mucha convicción algo que trasladarles porque somos concientes de que el calor- la caló donde el terral aprieta estos días- tiene desganados a más de uno, de manera que pasa olímpicamente de casi todo y más ante el panorama que se vive en algunos puntos de España en que centenares de fuegos, provocados o no, continúan echándole una mano al cambio climático en la tarea implacable de desertización de la Península Ibérica. Esto a largo plazo, porque a corto tenemos que lamentar varias muertes que por causas fortuitas, pero sobre todo porque estaban allí, se han producido entre los que trabajaban en la extinción del incendio.
Había decidido tomarme vacaciones de al menos un día y pasar de que la oposición del conservador Carlos Dívar va a impedir al CGPJ emitir un dictamen favorable sobre la nueva ley del aborto-un revés para ZP que creía que quien es pera se iba a volver manzana ante su talante-, pasar de los que vaticinan que el Gobierno usa la «hucha de las pensiones» para financiar el gasto público, siendo la vía escogida la compra de deuda española, que da más rentabilidad que la alemana, pero tiene más riesgos de impago.
Pasar de Bárcenas aunque no tanto como su partido que mira para todos lados menos para la entrada del Tribunal Supremo-eso impone, oiga-, no han querido imitar a los socialistas encabezados por Felipe González que acompañaron a Barrionuevo hasta su entrada en chirona, donde Bárcenas ha intentado explicar a los magistrados que es inocente: «Nunca he recibido dinero del grupo Correa», «yo no soy L.B.», «no soy Luis el cabrón».(Aquí entre nosotros, que no somos muchos: se ha chivado al juez y le dicho que Luis el Cabrón es el empresario Luis Delso, presidente de Isolux Corsán, uno de los holdings de la construcción y las infraestructuras con mayor proyección internacional de nuestro país, nada menos)
Pero no pasaremos, y por eso tiene el honor de presidir el post, de Miguel Ángel Moratinos, cuya imagen sonriendo en lo alto del Peñón ha escocido en La Moncloa, que reconoce que la escenografía del viaje a Gibraltar no fue la adecuada. O por lo menos eso dice ABC, que también recoge una entrevista a Peter Caruana en la que elogia la apuesta inteligente y eficaz del Gobierno. Un pelota en estado puro
300 años después del engaño ha pedido al pueblo español-entre cuyas prioridades, todo hay que decirlo no está el Peñón, cuyos bobys hablan en andaluz cerrado- «paciencia» y confianza en la política del Gobierno hacia Gibraltar para crear las condiciones que permitan la recuperación total de la soberanía del Peñón y ganarse el corazón y la mente de los gibraltareños para que lo acepten.
Si fuésemos tan mal hablados y oportunistas como Trillo estaríamos diciendo “manda güevos”, pero en cambio sí recomendaríamos que el corazón y la mente de los gibraltareños, además de ser una cursilada el dicho, se compraría poniendo pelas encima de la mesa: no debe olvidar que es el paraíso fiscal más grande del mundo y donde a cada habitante casi le corresponde un banco. Oiga, y si quieren lavar dinero ya saben dónde. Como diría Raphael.
