El Cupo Vasco no se pierde en la noche de los tiempos: es de 1876

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Ese privilegio cuasi medieval al que aludimos de vez en cuando, con no mucho conocimiento de causa,  para manifestar la extrañeza que supone una legislación que puede considerarse discriminatoria con el resto, al menos en Europa no gusta esta especie de discriminación positiva, por la que además de la especificidad del idioma y del RH que algunos atribuyen a tan noble pueblo, tienen un trato fiscal seguramente favorable-de lo contrario no lo reclamarían- por una ocurrencia del malagueño Cánovas del Castillo.
Pero como el que lee esto, una rudimentaria alusión al célebre Cupo, se va a quedar como estaba ante este decimonónico concepto, les propongo dos versiones,  de uno que vive en L’ Hospitalet, Carlos Serrano:

“…Imaginaos que tenéis un vecino en vuestro bloque que no paga la comunidad de propietarios, o sólo lo hace de vez en cuando, pero que siempre se queja y reclama inversiones suplementarias. Encima hace negocio con los inquilinos de los otros pisos: os vende de todo a unos precios abusivos, porque no os dejan comprar en otro sitio. Para colmo, dice que quiere emanciparse de la comunidad, porque no le conviene, después de haberse enriquecido con ella toda la vida. El remate es que el moroso tiene unos paisanos que utilizan todo tipo de violencia contra los demás propietarios, para conseguir que el piso en cuestión se segregue de la comunidad. El díscolo insiste en que él no quiere que sus paisanos maltraten a los vecinos, pero lo cierto es que saca muy buen partido a la situación. Parece una película de terror, de serie B. Pero no, es la vida real: el vecino se llama Urkullu y el piso es Euskadi.

Y de José García D, que a modo de comentario, nos lo explica y de una manera tan sugestiva y azoriniana que nos vemos impelidos a reproducirlo en su totalidad, (no es muy extenso) :

“…Pocas cosas debe haber en este valle de lágrimas que resulten más modernas que la tradición. Así, en el noventa por ciento de los casos, las muy veneradas «tradiciones seculares» de pueblos y naciones son puros inventos decimonónicos. Meras estafas intelectuales ingeniadas hace apenas un cuarto de hora para consumo de cándidos de todo credo y condición. Por ejemplo, tan «ancestral» es la famosa falda a cuadros de los escoceses, ese taparrabos identitario diseñado por un aristócrata inglés a mediados del siglo XVIII, como los célebres «derechos históricos» del País Vasco reconocidos y amparados por la Constitución de 1978.

Y es que el «legendario» cupo vasco, origen último del guirigay de agravios comparativos que envenena la financiación de las Comunidades Autónomas, procede de un período tan lejano y perdido en la noche de los tiempos como… la Restauración alfonsina. En concreto, el chollo tributario vasco-navarro data del 21 de julio de 1876. Tal día, una ley de Cánovas resucitó ese inaudito privilegio medieval «para que las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava contribuyan, con arreglo a la Constitución del Estado, a los gastos de la Nación y al servicio de armas», según rezaba su preámbulo.

De ahí, pues, que vascos y navarros no aporten hoy ni un céntimo al Fondo de Suficiencia, el que articula la solidaridad financiera entre todas las regiones de España. Ni un céntimo. Nada de nada. Conviene recordarlo, ahora. Justo ahora, cuando la misma derecha que se llena la boca de entusiasmo foralista salta escandalizada por el «egoísmo» de Cataluña. Porque claro que el Estatut viola de modo flagrante los principios de igualdad, solidaridad y multilateralidad que predica la Constitución, los mimbres del consenso moral que convierte a la Nación en algo más que una simple comunidad de propietarios.

Pero lo cierto y verdad es que ni los catalanistas fueron los primeros en romper la baraja de la equidad territorial, ni tampoco han de ser los últimos, por desgracia. Repásense si no las mezquinas miserias particularistas incrustadas de los reformados Estatutos de Andalucía, Aragón o Baleares. Por no hablar de ese patético traje a medida que responde por «cláusula Camps». Sin ir más lejos. “

2 comments

  1. Pero no has entrado al fondo del asunto, ¿porque se concedió ese fuero?, ¿porque nadie protestó en ese momento?, algunmotivo haría, no creo que se lo dieran sin más, y menos Canovas que no estaba directamente relacionado con el Pais vasco y no podría albergar sentimientos nacionalistas o secesionistas para con esa región, no me digan que se lo dieron, diganme tambien el porque las sucesivas Constituciones (1931 y 1978)tambien lo han permitido, amparado y promulgado, tambien sería por algo, ya sabemos que en este pais lo unico que se da gratuitamente es aquello que se habla de los demas sin tener ni idea de lo que realemente se trata. Ademas, hay que tener en cuenta que, la información a medias desinforma…

    Y fiejense si desinforma que, sin ir mas lejos, ese vecino de Hospitalet, es capaz de meter en una batidora unos fueros de 1876, con una comunidad de vecinos con un grupo terrorista nacido en la decada de 1960 curiosamente… todo ello viviendo a 600 kilometros de distancia, un buen punto de vista para opinar de la situación política de terceros, es algo así como las conversaciones de patio de luces de las vecinas: «la del 5º es puta porque tiene que serlo, me lo ha dicho un pajarito…»

  2. Unas aclaraciones:
    1.- El P.Vasco y Navarra gracias a estos privilegios reciben más de lo que aportan al gobierno central (estudio BBVA)
    2.- Las faldas escocesas las diseñó un sastre escocés afincado en Londres que, a principios del S.XX quiso poner de moda las faldas entre los hombres.
    3.- P.Vasco y Navarra no aportan nada; es decir, 0 euros al régimen de compensación de solidaridad interterriorial.

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