Pedro J. Ramírez: “La actitud de los familiares de los ex secuestrados es malvada e incoherente”

 Al final del post aparece el link en que el director de El Mundo pronuncia estas palabras descalificando la actitud de los familiares de los tripulantes vascos que no han accedido a subirse al avión de las Fuerzas Armadas Españolas que el Ejecutivo ha puesto a su disposición y que los familiares de los pescadores gallegos sí han aceptado.

Malvada porque han aprovechado la ocasión para humillar públicamente a quienes les han ofrecido viajar a la islas Seychelles e incoherentes porque bien podían haberse ahorrado la petición de auxilio durante 47 día a las autoridades españolas. Si los pescadores vascos comparten la opinión de sus familiares bien que podían haber rechazado las gestiones españolas y haberse quedado con los piratas a la espera de otro tipo de rescate o de que fuesen liberados por un comando de gudaris. También Pedro Jota siembra la sospecha de que el Alakrana pudiera haber ido navegando con la bandera regional de la ikurriña, incumpliendo las leyes, con lo que los piratas no se habrían enfrentado a un Estado sino a unos apátridas.

Pero qué nos va a extrañar de estos desagradecidos cuando el partido que los ha estado gobernando durante tres décadas, el ambiguo y cínico PNV, en boca de su presidente, Íñigo Urkullu, ha afirmado que la “gestión del Gobierno español ha sido desastrosa. Ha actuado tarde y mal, sin rumbo», acusando además a Lakua de estar «desaparecido» durante el tiempo que ha durado el secuestro del atunero y de no actuar con «voz propia, con criterio propio», sino de haber intervenido sólo para «intentar justificar y tapar la mala gestión del Gobierno de Zapatero», “Zorionak a los arrantzales y zorionak a sus familias por el trabajo y el tesón que han demostrado. Y Zorionak también a toda la sociedad vasca por su comportamiento y solidaridad.”

Algunos ciudadanos han reaccionado de esta manera:

“No sabemos lo que se ha pagado por el rescate; no sabemos si el gobierno de los españolitos ha pagado parte del rescate, ya que lo importante es que los 16 marineros salieran libres, pero es el momento de pensar que los barcos que enarbolen la banderita ikurriña, despreciando la de España, que por registro es la que deberían llevar, no es de recibo que cuando se vean en apuros soliciten ayuda militar y económica a España, -cuando todo el mundo ha podido ver las Ikurriñas ondeando al viento del Oceano Índico. Al hilo del secuestro, se ha comentado que en ningún puerto vasco ni en las Capitanias Marítimas aparece bandera española alguna.Por esa regla de tres, cabría sacudirse el polvo y que los talibanes  vascos Otegi y Dejuana acudieran al rescate”

También tercia Ignacio Camacho: “ Esos nacionalistas vascos que ahora piden que el Ejército proteja a los pescadores del Océano Índico son los mismos que no hace mucho subieron en procesión al monte Gorbea para conjurar con un aquelarre los malos mengues que habían dejado allí unos militares de maniobras al izar una bandera española. Sólo les faltó llevarse para la ocasión al cura de «El exorcista», aunque de curas trabucaires andan bien surtidos, a repartir hisopazos soberanistas contra el sacrilegio perpetrado por las tropas de ocupación a las que ahora imploran -con la razón de su parte- la custodia de los atuneros”

“A tal efecto, o sea, al de solicitar el manto protector de las Fuerzas Armadas, los nigromantes peneuvistas soslayan el pequeño detalle de que ello implica admitir que los tales barcos son españoles y navegan -es de suponer- bajo la bandera de España aunque tengan su base en el muy abertzale puerto de Bermeo, y que los soldados cuya presencia a bordo imploran pertenecen al mismo Ejército que no quieren ni ver al norte de Miranda del Ebro.

Doble rasero se llama la figura, una variante de la hipocresía mezclada con ese puntito racista tan propio del nacionalismo, que considera de buen tono enviar a la soldadesca que profana sus sagrados territorios a asustar a los negritos del África tropical.”

‘Una actitud malvada e incoherente’, por P. J. Ramírez