¡Alfonso, dales caña…!

[youtube]http://youtu.be/sNr1zrHrlIA[/youtube]

Viejo mitin en el que Alfonso Guerra presenta la candidatura de Juan Barranco a la alcaldía de Madrid. Ahí se ve su habilidad para arengar, levantar a las masas.

 Hace algunos años, se podía oír con cierta profusión en algunos mítines del Partido Socialista gritos como este:¡Dales caña, Alfonso! Y Alfonso (Guerra), arreaba estopa a diestro y siniestro desde la tribuna de oradores para ganarse el favor de un público ya entregado.

Varias décadas después sus habilidades mitineras continúan siendo un espectáculo porque el que vaya a un mitin en el que actúe Alfonso Guerra sabe de antemano que se va a divertir  en una especie de  representación teatral, en un monólogo en el que va a predominar el humor y el sarcasmo, con grandes dosis de demagogia si  hace falta para enaltecer el político de su partido ante el del rival, normalmente del PP.

 Es por tanto una buena noticia para los amantes del espectáculo que continúe en activo esta septuagenaria vaca sagrada del socialismo español, y más en estos tiempos en que se echan de menos aquellos viejos espadas de la política que han dado paso a los espectáculos que dan algunos, caso de Cañete, el de la superioridad intelectual sobre las mujeres, que ha sido traicionado estos días por su subconsciente de machista contumaz ante España y Europa.

Claro, se lo ha puesto a huevo o como las carambolas a Fernando a VII a Alfonso Guerra -al que llamaban el Canijo en la Sevilla de los 60-  en un mitin de Leganés por las elecciones europeas celebrado en el Centro Cultural de  las Dehesillas, que ha definido al contrincante de Elena Valenciano, que leyó mucho» en el debate y que  llevaba unos gráficos que los enseñaba pero los escondía enseguida»,  como «ese tío de barbita blanca que siempre parece que acaba de comerse un cochino entero» o «como un caballo retenido con el espumarajo en la boca que al día siguiente pudo liberarse y soltarse la faja» . «Ahora le han metido en una caja fuerte. Cualquier día sale para Suiza en una remesa de esas que mandan ellos».

 Y habló de » ese capitalismo que ha evolucionado de la producción a la especulación y «que ahora gana dinero con estampitas engañando a la gente»; de los «sufridos» banqueros y sus sueldos; de los ricos, en general, a los que bastaría con dejarles sin bonificaciones para que la recaudación tributaria aumentara un 30%; de las reformas, que antes podían implicar cambiar los sanitarios del baño y ahora siempre obligan a que uno se eche la mano a la cartera «porque nos van a quitar algo»; y hasta de Rouco y «esta mezquita es mía por 30 euros».

 Y describió  el nuevo carril bus-taxi-Espe de Madrid y hasta definió el socialismo: «Que nadie tenga tanto para poner de rodillas a los otros y nadie tan poco como para verse obligado a arrodillarse» . También dio soluciones a los grandes problemas de la economía: » ¿Que el BCE presta a los bancos al 1% y no a los Estados porque sus estatutos lo impiden? «Pues quillo, nos sentamos y lo arreglamos». ¿Que hay que rescatar a los bancos porque el país se hundiría? «En Estados Unidos han caído siete bancos. ¿Se ha arruinado el país? No, se han arruinado los bancos». ¿Que las SICAV pagan un 1% en impuestos porque si no se llevarían el dinero a otro país? «Hagamos una ley en Europa para que paguen en todos los países el 30%».

 A los comunistas, aliados en el gobierno del PSOE en Andalucía, no los atacó explícitamente aunque fiel a sí mismo no dudó en afirmar que el voto no hay que dilapidarlo votando  «fuerzas que no tienen fuerza» y que «son un poco miserables» porque atacan más a los socialistas que a la derecha.

 Alegó contra la abstención:  «Con los mismos votos la derecha puede ganar o perder las elecciones. Sacan a sus votantes en fila india y hasta dan permiso a las monjas de clausura, aunque algunas nos votan a nosotros porque ven que tenemos humanidad».

One comment

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *