Blesa, el cazador cazado

El cazador de altos vuelos, inspector de Hacienda y ruinoso gestor de Caja Madrid – a 22.424 millones asciende el pufo que nos ha dejado- Miguel Blesa se ofrece en las fotos como un experto cazador – alguien con quien hizo negocios le regaló un rifle, un Blaser R93 de 10.000 euros, así cualquiera-,  de caza mayor a juzgar por las fotos con un oso  –ignoramos si previamente emborrachado como en otros casos-, leones, pumas, bisontes, cebús abatidos, seguramente y por lo menos tan buen cazador como nuestro multioperado monarca , y sin que hasta la fecha haya pedido perdón por sus carisimas aficiones –alguna pieza de las expuestas cuesta abatirla más de 20000 euros-  a un pueblo como el español que entre unos y otros han convertido en un erial a causa de tantos recortes en sanidad, educación, dependencia, sin contar con los millones de pensionistas que, durante los fríos inviernos, no pueden conectar los aparatos eléctricos para calentar sus huesos a causa de la subida eléctrica de cada día.

 Parece como si fuese el tiempo de los golfos a los que no hay manera de meter en chirona. Observen los últimos casos, entre ellos el de Blesa, en los que no hay manera de que la justicia les hinque el diente, y pobre del juez que lo intenta: casi siempre sale escaldado y en ocasiones pierde hasta la carrera.

 Veremos como acaba el juez Elpidio Silva, que ha tenido la osadía de encarcelarlo dos veces: la fiscalía de Madrid presentó una querella contra Elpidio José Silva Pacheco  acusándolo de de “delitos continuados de prevaricación y retardo malicioso en la administración de justicia”, así como de “dos delitos contra la libertad individual”, es decir, por detención ilegal del eminente cazador Blesa. Cómo acabó el juez estrella por antonomasia –ahora tenemos una aprendiza en Andalucía, Merche ´pibón´Alaya, por mor de los ERES falsos, etc- Baltasar Garzón por el llamado caso Gürtel (aherrojado a las tinieblas exteriores, ahora se busca la vida en Argentina impulsando las investigaciones sobre los crímenes franquistas y postfranquistas). Y veremos cómo le va al bravo juez Castro metiéndose en camisa de once varas reales. Si consigue hacer justicia será hora de que comencemos a desmentir al histriónico exalcalde de Jerez de la Frontera (el de los Caballeros también existe), condenado a su vez por un delito continuado de prevaricación «en concurso medial,  de malversación de caudales públicos  a la pena de cuatro años y seis meses de prisión, en el sentido de que la justicia a veces funciona y no es un cachondeo siempre.

 Parece que le ha llegado también la hora al Del Nido: siete añitos a la sombra por unos milloncejos sustraídos al Ayuntamiento de Marbella. Aunque al que no lo veo en el trullo unos años es a Fabra, el de Castellón, el que le decía a su nieto el día de la inauguración de su magna obra: “Mira, ese es el aeropuerto del abuelito”, porque la comunidad levantina tiene en muy alto aprecio a sus más destacados corruptos a los que vota mayoritariamente elección tras elección…

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