El chollo de ser… de la cúpula del PP

Aunque Cospedal dice que «no le consta» el pago de sobresueldos en el PP al parecer fue ella la que, a instancias de Rajoy,  frenó el cobro de estos sobresueldos en B, tras acceder ala Secretaría General del Partido en 2008. Según se dice hoy en El Mundo Bárcenas pagó sobresueldos en negro durante 20 años a parte de la cúpula del PP distribuyendo cada mes sobres con cantidades entre 5.000 y 15.000 euros a secretarios ejecutivos, cargos públicos y otros miembros del aparato, un dinero B procedente de constructoras, empresas de seguridad y donaciones. Rajoy, que según fuentes del PP no cobró nunca esos complementos, instruyó a Cospedal en 2009 para acabar con esta práctica. El ex tesorero amenazó con revelar estos pagos si el partido no le ayudaba a eludir las consecuencias penales del ‘caso Gürtel’

Esta costumbre procede de la época en que Manuel Fraga presidía Alianza Popular. En aquellos momentos, era tradición en todas las formaciones políticas el empleo de dinero en metálico para llevar a cabo la mayoría de las remuneraciones internas, lo que continuó con  Álvarez-Cascos, Arenas y Acebes de secretarios generales del partido, hasta que fue María Dolores de Cospedal , tras acceder ala Secretaría General del partido en el Congreso de Valencia de junio de 2008,  la que a instancias de Rajoy,  dijo «basta ya» al reparto de sobresueldos en B en el partido.

Hoy en El Mundo Victoria Prego escribe “La Caja Negra” , con la que se puede estar de acuerdo  solo en algunos párrafos, porque en otros hace la pelota clamorosamente. Porque ¿tan despistado es Rajoy que está en calle Génova desde 1989 en que fue elegido miembro de la Ejecutiva Nacional y vicesecretario general del PP? 

Corrupción masiva y organizada desde dentro de un partido que ha gobernado y gobierna España. Robo al erario público sistematizado por quienes desde las filas del PP han estado durante estos años planteando exigencias éticas a los adversarios políticos y pidiendo el voto de los ciudadanos para arreglar el país y conducirlo por la senda de la decencia.

Esto es lo que publica hoy EL MUNDO. Y esto es lo que ha estado pasando hasta hace cuatro años, es decir, hasta ayer mismo. Pasaba mientras el PP se presentaba como el garante de la regeneración democrática y cuando Aznar acusaba a los socialistas de nadar en pútridas charcas de corrupción por los casos Filesa, Ibercorp y otros que no vale ya la pena recordar.

¿Qué diferencia a los dirigentes del PP que hayan estado trincando cantidades inauditas de dinero de procedencia claramente ilegal, de aquellos Roldán, Vera y demás colegas de fechorías, que todos los meses se repartían sobres rebosantes de dinero literalmente robado de los Fondos Reservados del Estado? Aparentemente muy poco, de modo que habrá que ir pensando qué nombre le ponemos a esta trama del PP que la iguale a los antiguos desmanes del PSOE. El esquema es el mismo y el volumen económico, ya veremos, porque esta caja negra del PP parece que ha estado manando durante décadas, lo cual significa que la cuenta va a subir mucho.

Una vez que nos enteramos de que el dinero negro ha estado circulando a raudales durante años entre los dirigentes de Génova, es obligado y urgente que sus actuales responsables, los que tienen el mérito de haber acabado con esas prácticas corruptas, salgan a dar explicaciones. Pero no sólo a eso.

Están obligados a dar los nombres de quienes han recibido ese dinero B que, como tal, ha sido escamoteado a Hacienda, es decir, a todos nosotros. Están obligados a decir de dónde procedían esas comisiones, cuáles eran las empresas que las pagaban, en qué porcentajes y a cambio de qué decisiones. Y, por descontado, están obligados a pedir a todos estos señores que presenten su renuncia, devuelvan el dinero y dejen de pertenecer a ese partido. O a echarlos.

Llevamos semanas denunciando el escándalo de la presunta corrupción de los hermanos Pujol y reclamando que se abran investigaciones judiciales sobre sus andanzas. La cuantía del robo es muy superior en el caso catalán y de mucha mayor dimensión la estafa a los ciudadanos. Pero el fondo de la cuestión es idéntico: un dinero público que va a parar al bolsillo de unos personajes cuya gran bicoca consiste en estar instalados en la actividad política o en sus aledaños. Dinero que luego han tenido que poner los contribuyentes pagando sus impuestos.

Tranquiliza saber que Rajoy no participó nunca de este aquelarre insultante. Pero eso no alivia la dimensión del escándalo”

 

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