El mundo de las lenguas hispanas peninsulares anda revuelto

francisco campscoro rociero

Todo parece indicar que el asunto de las lenguas es el cuento de nunca acabar. De casi todos lo puntos de España nos llegan hechos que no dejan de ser anecdóticos como el del Ayuntamiento de Gijón que obliga a sus municipales a escribir los topónimos asturianos en los expedientes o sanciones, o a los mossos d`esquadra a poner la multas en catalán. No nos extrañemos que en la huertana Murcia, adjetivo sacado de su tradición, de la feracidad de sus cultivos, cualquier alcalde diga que las denuncias hay que ponerlas en panocho, que es más típico.

Y rizando el rizo, nos encontramos en Mallorca el caso de un cura del que dicen que es bastante nacionalista que se ha negado a utilizar el castellano en una boda y no ha permitido cantar a un coro rociero porque dice que esa ceremonia es poco respetuosa e impropia de la cultura insular, con lo que ofende gratuitamente a la novia andaluza, que no sabe ni mú del catalanomallorquí, al pretender hablarle durante la ceremonia en una lengua extraña para ella y quizá lo más grave es que se habrá sentido atacada en sus cimientos andaluces al impedir  que se cante en la iglesia la Salve Rociera, por no ser propia de la cultura mallorquina. Debería saber la ilusionada moza que imbéciles los hay en todas partes, eso no son formas de tratar a la grey, que lógicamente cambiaron de iglesia y de cura quedando, dicen, la boda maravillosamente, de lujo, e incluso la gente que pasaba por allí, entró en la iglesia atraída por el bello canto. Qué dirán los esposos aún, Marichalar y la infanta Elena, de esa actitud: ellos sí pudieron escuchar la Salve en la iglesia del Salvador de Sevilla.

El autor del desaguisado y fallido oficiante de la ceremonia, el prior del Monasterio La Real es simpatizante del nacionalismo, del que dicen las malas lenguas es un nacionalista extremo, sí ha permitido en su iglesia  las conferencias de nacionalistas catalanes, vascos y gallegos e incluso de un miembro de Batasuna-ETA, que seguramente hablarían en sus lenguas autóctonas. Otra ofensa gratuita al andaluz de los que se han nutrido de toda la vida los hoteles de la isla.

A escala académica también los nacionalismos se exasperan, así la Generalitat valenciana recurrirá ante el Constitucional la aceptación de Filología Catalana en las oposiciones a docentes. Su recurso, afirman es coherente con el texto del Estatuto, ya que «la lengua oficial de la región es la lengua valenciana»

Nos tememos que continuamente tendremos que hacernos eco de más casos en los que siempre se mezcla el provincianismo, el nacionalismo, y sobre todo, la lucha política.

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