El presente post es un aviso para que los posibles asistentes de fuera de la capital, a la manifestación atea convocada para el Jueves Santo por la Asociación Madrileña de Ateos y Librepensadores, se abstengan de ir a Madrid ese día o de reservar plaza hotelera porque dicha mani ha sido prohibida por la Delegación del Gobierno.
La citada prohibición ha sido celebrada por la asociación ultracatólica Hazteoir – que no deja de ser un hazmerreír por su fundamentalismo trasnochado– como “un éxito contra ese laicismo salvaje que no sabe salir a la calle sin desvelar su nostalgia por el 36″, fecha ya tan pretérita y que seguramente debe poner los pelos de punta a exjuez Garzón, aunque por querer meter las narices en las consecuencias de tan fatídica esa fecha no ha sido expulsado de la carrera –no ha sido necesario: lo fue por lo de las escuchas a los de la Gürtel que ha sido reabierto en su ramificación madrileña-.
Parece como si estos de Hazteoír pretendieran volver si no al 36, sí a otras fechas próximas, como 1944, en que se dictaban estas normas para que el personal no se saliera de la heterodoxia preconizada por el marxismo ateo durante la 2ª República y años posteriores:
– Prohibición del baile agarrao
– Establecimiento de la Junta de Censura Cinematográfica
– Abolición del adulterio institucionalizado, o matrimonio civil, y del divorcio;
– Reaplicación de la Ley de Vagos y Maleantes para los homosexuales;
– Instauración en los colegios de misa y rosario diarios y obligatorios;
– Reintroducción de los pololos en el deporte femenino;
– Ayuno y abstinencia imperativos en Miércoles de Ceniza y Viernes Santo;
– Exigencia del certificado de buena conducta, extendido por el párroco, para trámites como la obtención y renovación del carnet de conducir y pasaporte, apertura de una cuenta bancaria.
Da cuenta a sus seguidores del éxito de la prohibición don Miguel Vidal, de maslibres.org, en donde resumidamente les dice:
– Conseguimos evitar la anti-procesión atea del año pasado.
– Hemos acabado también con la de este Jueves Santo.
– Influimos para conseguir que el PP no renunciara en su ideario al humanismo cristiano.
– Y aunque no tuvimos el éxito total que buscábamos en el asunto de la fotografía del Teatro Español, conseguimos que la alcaldesa de Madrid se excusara y prometiera no volver a destinar dinero público para ofender a los creyentes. Y hasta ahora ha cumplido su promesa.
¿Cómo lo hemos conseguido? Siendo ágiles en nuestra movilización, demostrando con razones y argumentos de qué lado está la verdad, reclamando con claridad lo que es justo, reaccionando con contundencia ante los poderes públicos”