Ha quedado huérfano Rigoberto Picaporte, solterón de mucho porte

robert seguraroberto picaporteroberto picaporte

Creemos que es de justicia recordar a  Robert Segura con motivo de su fallecimiento. No sabemos si las nuevas generaciones, las de la era de la cibernética, las de la play station, la que está sumida en las carencias que denuncian algunos informes, del que el PISA es sólo uno de ellos, aquella, que rendida a los encantos de lo audiovisual, se jacta de no  leer ni un solo libro al año, seguramente desconocerá quien es ese señor.

Los de las generaciones pasadas si saben que se trata de uno de los grandes de la historia del comic, el que les hizo pasar buenos momentos ofreciéndoles lecturas de diversión y de evasión, el autor de personajes entrañables como “Rigoberto Picaporte, solterón de mucho porte”y  “Los señores de Alcorcón y el holgazán de Pepón” – representantes del quiero y no puedo y además con un vago “de larga duración” en casa-, como los más significados. Y sobre todo Rigoberto es un personaje al que la marcha de los tiempos, lejos de amortizar, cobra cada vez más relieve, no tenemos más que mirar alrededor y ver tantos rigobertos y rigobertas instalados en pisos single o citándose como descosidos por Internet. Él mismo autor, que nos ha dejado a la edad de 81 años, era casi un prototipo pues su única familia eran  sus personajes, nunca se casó, no tenía ni hijos  ni hermanos.

Su estilo lo convertía en una especie de Juan Palomo literario, pues era el autor del  texto y dibujos de sus historietas de tipo costumbrista que veían la realidad de la sociedad española de la época desde un punto de vista cómico, siendo  la ironía, no la sal gorda, y un humor mordaz sus principales características

Ha muerto, pues, uno de los grandes del comic, al que dio prestigio en unión de Ibáñez, Escobar y Vázquez. Al que los mayores de 40 años recordarán con ternura, con toda seguridad.

2 comments

  1. Creo que me ha dado el primer «ataque» de nostalgia después de mucho tiempo. Casi ni recordaba a este señor, ni a Rigoberto Picaporte, ni a su novia, ni a la Panda, ni al gran Pepón, pero en cuanto he leído la noticia me he sentido triste. Pulgarcito, Tío Vivo, DDT, incluso Lilí…¡Qué tiempos y qué humor! Un abrazo, don Alfonso.

  2. Es como un aperitivo de las nostalgias que se nos vienen encima con las Navidades que se avecinan y que son cada vez más comerciales y consumísticas.Nostalgias que también suelen venir adobadas de generosas ingestiones de vino y cava.
    A usted, que es un buen degustador de la buena literatura,no me sorprende que también le agrade aquella otra, llena de humor y de gracia, que nos hacían más agradables aquellos tiempos pasados, que hoy recordados dan dolor, aunque tengan el color sepia de la nostalgia pero más auténticos.
    Brindemos hoy también por la familia Cebolleta.
    Un abrazo y que continúe con su gran labor en la Red de Bibliotecas Municipales: no sólo de play station deben vivir los jóvenes…

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