La ciega y lenta justicia alcanza a un anciano de 100 años

piso en desahucio

Y lo ha hecho a través de una sentencia de un juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Alcorcón. Y no ha sido para castigar ningún delito sino para desahuciar del piso que ocupaba en régimen de alquiler a un hombre de 100 años al que se le ha cumplido el contrato que al precio de 513 euros disfrutaba solo: enviudó hace diez años. Según dicta el juzgado ya no podrá habitar más, ni solo ni acompañado el apartamento de un dormitorio, baño y salón con cocina integrada: suponemos que la cocina siempre se tendrá que “integrar” en el salón ya que no la imaginamos integrada en el baño, por aquello de los olores, o del dormitorio, por lo de los humos.

Y el juzgado ha actuado de esta forma, no de oficio, sino a petición del dueño, al que llamaremos Joaquín, que afirma que, aunque tiene mucho cariño al anciano, al que llamaremos Manolo, su vástago, de 36 años, ha manifestado su deseo de emanciparse y, claro, está primero su hijo. El dueño ha actuado inteligentemente: El número de cuenta donde ingresa el alquiler Manolo ha sido cerrado, y el dinero le es devuelto continuamente. Y los giros postales con los 513 euros también son devueltos astutamente.

Como consecuencia de todo esto, de la acción de la justicia y de las maniobras de Joaquín, el anciano, después de recibir la noticia, estuvo tres días en cama con la fiebre alta: circunstancias que pueden acelerar el previsible y pronto tránsito que su hija a la que llamaremos Adela, ha pronosticado.

Pero el provecto desahuciado no está solo en este mundo: tiene cuatro hijos-entre los que no sabemos si está incluida Adela- que, por supuesto, no se pueden hacer cargo del padre y a los que éste disculpa: “Bastante tienen con lo suyo”.

Sin  embargo no podemos dejar de reproducir algunas declaraciones de Adela, que rivalizan en hipocresía y cinismo con las del propietario del apartamento, a las que tendremos que añadir bastante falta de amor filial:

«es inhumano y cruel, con la edad que tiene mi padre, después de 12 años de alquiler y con 100 años de edad, una “persona humana” diría: vamos a esperar un poquito porque es cuestión de tiempo…”
“…esta “obligada” en ayudarle en lo que puede, ya que esta solo desde que murió su mujer hace una década.  Puede “andar” y la cabeza “funciona igual que siempre”, aunque los años no perdonan.”

«Nos lo cruzamos(al dueño) por la calle, él baja la cabeza y no dice nada porque yo no soy violenta, pero estoy muy irritada”

«Me parece muy cruel, el señor tendrá sus razones y lo apoya la ley, pero humanamente esto no es justicia»

Este es el estado de la cuestión: suponemos que habrá en España bastantes miles de ancianos en difícil situación y que no sabemos si están tan protegidos como aquellos que al tener 18 años menos un día gozan de todo tipo de privilegios, uno de ellos, no pequeño, el burlarse de una justicia que ha obrado tan diligentemente con un hombre de 100 años que, sin pretenderlo, ha adquirido una notoriedad tan negativa.

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