Sin previo aviso el 70 % de la plantilla de controladores aéreos ha presentado la baja laboral “declarándose incapaces de prestar el servicio y abandonando su puesto de trabajo” Esta baja masiva de controladores ha provocado que 250.000 personas se queden “tiradas” al comienzo del macropuente de la Constitución con los previsible e ingentes perjuicios de todo tipo: morales, económicos y de indefensión.
Aena ha llamado a los controladores a «abandonar el chantaje al que someten a la sociedad española tomando a los ciudadanos como rehenes advirtiéndoles que paralizar el tráfico aéreo de un país puede ser sancionado con el despido disciplinario y constituye un delito según el artículo 409 del Código Penal”
El Consejo de ministros ha aprobado hoy la militarización del control aéreo en caso de «necesidad urgente». La medida no significa que los controladores civiles puedan ser sustituidos por militares, sino que pasarían a recibir órdenes de los mandos militares designados a tal efecto. Los controladores han replicado con la huelga salvaje que estamos comentando.
El ministro Blanco acusa de «chantaje» a los controladores y les advierte de que, si no se reincorporan al trabajo inmediatamente, el Gobierno pondrá bajo mando militar los centros de control aéreo. De momento El Gobierno se prepara para ponun teniente general del er a las 21.30 a los controladores bajo mando militar si no ceden. Tenemos noticias de que un Teniente General del Ejército se dirige al lugar donde está reunido el Gabinete de crisis convocado por el ministro Blanco seguramente para dirigir las operaciones si los controladores no deponen su actitud.
Algunos pasajeros han comenzado a culpar a Zapatero de una situación tan calamitosa aunque en realidad los responsables son el suyo y todos los gobiernos anteriores por no haber sabido regular la profesión de los controladores de manera que, como en todos los colectivos, haya gente suficiente a quien recurrir, y no dejar que en el país de los parados haya unas profesiones –ellos y los pilotos- que toman como rehén a la población civil cada vez que les apetece, dejándose llevar por un clasismo tan anacrónico como despreciable.
‘Estamos deseando irnos 4 días y nos dejan tirados como perros’
«Esto es un atraco a mano armada»
«Hemos perdido el vuelo, las vacaciones, 150 euros de entradas del teatro…»
Los controladores pueden dar gracias de que existan las fuerzas de seguridad del Estado, de lo contrario hubiesen acabado descuartizados en los mismos aeropuertos de haberse producido un amotinamiento. ¡Qué confiada es la prepotencia! ¡Y qué estúpida!