Una electoralista Diada

La fiesta nacional catalana se ha convertido tristemente en un acto electoralista más de Mas al que han acudido entre 500 mil y 2 millones de personas, según sea el contable, e ignoramos si, por ejemplo, ese millón largo de ciudadanos, entre los que hemos visto numerosísimos bebés, acabará imponiendo sus ansias independentistas a los más de 6 millones de habitantes restantes -incluidos también lactantes- del antiguo condado de Cataluña.

Eso es lo que ve el observador de otras partes del Reino, al que también ha sorprendido la cantidad de famosos y famosetes que han pretendido acrecentar su prestigio acudiendo a tan gigantesco acto electoral, sufragado además con fondos del erario público( Los famosos que han ido a hacerse selfies a la ‘supermarcha’ de la Diada: Piqué, Laporta, Karmele…).

 Pase lo del locuaz Piqué, imprescindible en los planes de Del Bosque en la selección de España, pero causa risa que una de las más genuinas representantes de la televisión basura nacional, Karmele Marchante, pretenda dar brillo a la Diada, ella que sin duda acudirá presta el lunes a Madrit a por lo suyo… Claro, entre catalanes e italianos anda el juego.

 Pero me dejo de disquisiciones no sin antes no dejar de admirar lo bien que se organizan los que quieren romper el Estado y lo desaparecidos que andan los 6 millones restantes… a no ser que reaccionen. lo dudo, el día 27-S.

 Además les dejo parte del Editorial del País, mucho más autorizado:

 «Se daba por descontado que la celebración de la Diada iba a representar un nuevo ÉXITO  para sus organizadores y así ha sido. Gracias a un perfecto dominio de lo que es el espectáculo audiovisual y las técnicas de la escenografía de masas, la sensación de gran movilización popular a favor de la independencia de Cataluña pretende compensar el cambio de naturaleza de la Diada.

 Frente a la fiesta nacional y popular de las precedentes, en las que los propios organizadores insistían en ir más allá de la coloración independentista, la de ayer se limitó básicamente a las candidaturas de Junts pel Sí y la CUP, las que concurren a las inminentes elecciones del 27-S con el objetivo de la independencia.

Mueve a la sonrisa la cataplasma que se ha inventado la Junta Electoral Central para que esos medios compensen el vuelco con el separatismo (va a consistir en unas entrevistas en fin de semana, de las que no puede esperarse ninguna influencia compensatoria) y el ardid de Artur Mas para fijar laFECHA electoral justo al final de la campaña iniciada con la Diada.

 La prolongación del inmovilismo es una falsa salida. Hay que abrir paso al diálogo interrumpido; a la reforma de la Constitución y al federalismo, para las que ya existen propuestas socialistas, y a interpretaciones de la legalidad más flexibles e incluyentes que las aplicadas en los últimos años.

Todo eso ha de ser acunado por una mayor cercanía del conjunto de la sociedad catalana hacia la del resto de España y viceversa, sin la cual los líderes más osados CONTINUARÁN creyéndose autorizados a mantenerse en la cerrazón, para mal de los catalanes y de todos los españoles»

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