Minorías vocingleras. 2ª parte

Todo lo anterior ocurrió preferentemente a  orillas del Segre, porque en la Villa y Corte la han tomado con Zapatero -y de paso han roto el sagrado silencio debido a los Caídos-que tuvo que entrar y salir casi vergonzantemente de la Tribuna, entre silbidos.Posteriormente su talante no le dio importancia al hecho al que encuadró dentro de los límites de la libertad de expresión.

 

Se celebró el Desfile militar por el Paseo de la Castellana con gran brillantez y como homenaje este año a los Cascos Azules que van apagando fuegos allá donde la Onu los envía y como  anécdota  se produjeron dos presencias/ausencias.

 La una la de don Alfonso Guerra, no amigo de estos fastos pero esta vez fue que sí: don Alfonso el que fue muy conocido en su día por haber creado la frase de que”A España no la va a conocer ni la madre que la parió”, que tuvo un doble significado según la reprodujera un seguidor de Pablo Iglesias o de Gil Robles, estuvo.

 La otra es la del representante del Estado en las Vascongadas, el del sonsonete  de “los vascos y las vascas,” que no se gana bien el sueldo porque su obligación es asistir a los actos institucionales y  no traerle de vez en cuando, debajo del brazo, problemas y quebraderos de cabeza a sus jefes en Madrid. Que dimita de una vez si no quiere ser un representante leal del Estado en su Región, no vaya a ser que Zapatero se enfade. También estuvo Montilla.

 

Mientras tanto la episcopaliana emisora continúa pidiendo la abdicación del rey Juan Carlos por la boca de un señor que parece cargado de complejos y da el perfil atribuído antiguamente al  español: bajito y cabreado, que se considera agnóstico y que tiene bula ante una jerarquía que en algunas ocasiones despide a profesores que imparten su religión porque se unen a gente divorciada o a dan mal ejemplo saliendo a tomar copas. 

 

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