La legislación de Holanda permite la ocupación de las casas vacías cuando llevan más de un año deshabitadas y sus propietarios prefieren cederlas de forma gratuita (con la mediación de la Administración) antes que encontrarse cualquier día con un inquilino sorpresa.
En Suecia, la batalla contra los pisos vacíos es más contundente todavía: para evitar que aumente el parque de viviendas vacías, se potencia su alquiler y, como última opción, se derriban.Se apoyan en que cada vivienda privada vacía incrementa el precio del alquiler protegido, lo que provoca un mayor desembolso de las arcas públicas.
En Alemania, se obliga a la rehabilitación de las viviendas y, en los municipios con más del 10% de hogares desocupados, la Administración también derruye los que no se pueden alquilar.
En Francia, en las ciudades de más de 200.000 habitantes con una tasa de casas desocupadas superior a la media, la penalización es del 10% del precio del inmueble el primer año, 12,5% el segundo y el 15% el tercero y sucesivos.
Dinamarca impone desde hace más de 50 años multas para los propietarios de viviendas que lleven más de seis semanas vacías.
En Atlanta (EEUU) los inquilinos no sólo no pagan, sino que cobran por vivir en casas ajenas. En algunos de sus barrios más degradados, los especuladores dan cobijo pagado a personas sin hogar para evitar las sanciones por tener casas vacías. Además, en Cleveland y Baltimore también se derriban casas desocupadas.
En España, según el anuario Estadístico del Mercado Inmobiliario español, de 2008, existen entre 1,6 y 2,7 millones viviendas vacías. Miloon Kotari, relator de la ONU en asuntos de Vivienda, dijo el año pasado que la situación de la vivienda en España era un problema humanitario inaceptable.
Es de suponer que al estar España encuadrada en los países occidentales poco a poco vaya a acomodando su legislación a la de los mismos. El Dorado en que consistió hace sólo dos años el mercado de la vivienda lleva camino de convertirse en un quebradero de cabeza para los propietarios de muchas unidades que ahora ni pueden vender, ni van a poder tenerlas vacías. A pesar de lo que a muchos no les importaría verse dentro del pellejo de El Pocero o del ex presidente del Real Madrid, Fernando Martín. Los duelos con pan son menos.
