La fragilidad de la memoria o una pseudohistoria de Franco

niños jugando a fusilar en la gueera civil española

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Tan sólo 36 años después de su muerte se están dando unas curiosas interpretaciones de lo que Franco fue y supuso para España y  que distan mucho de las de la mayoría. Así el  Diccionario Biográfico Español, de la Real Academia de la Historia , que ha costado a los contribuyentes 6,4 millones de euros,  incluye una hagiografía de Franco que desvirtúa los acontecimientos que provocaron la Guerra Civil. La entrada ha sido escrita por Luis Suárez (Gijón, 1925), presidente de la Hermandad del Valle de los Caídos, un historiador vinculado a la Fundación Francisco Franco que tuvo acceso privilegiado a los archivos del dictador. Ocupa cinco páginas del volumen número 20 y  tan sólo dedica un párrafo a hablar de la Guerra Civil e incluye afirmaciones tan curiosas como esta: «Montó un régimen autoritario, pero no totalitario».

Vamos a exponer unas cuantas opiniones, la mayoría opuestas a esta versión tan simplista . Solamente hemos encontrado una favorable: la que sustenta Sánchez Dragó que afirma que  “Francisco Franco no fue un gobernante totalitario, sino autoritario,  No fue Hitler, Stanlin, Mao Tze Tung, Fidel Castro; mucha gente habla de Franco sin haber vivido el franquismo, si no te metías en política te dejaba vivir bastante en paz»

José Luis García Delgado (Temas de Hoy. Madrid, 2000.) en cambio:

«El régimen de Franco cometió él solo los suficientes crímenes como para merecer censura con o sin etiqueta fascista. En efecto, por lo menos uno de los horrores que Franco perpetró sobrepasó cualquier cosa hecha tanto por el fascismo alemán como por el italiano hasta que el torbellino de la Guerra Mundial liberó las fuerzas demoníacas que siempre se escondieron en su interior. Mussolini ejecutó a 27 individuos desde 1922 a 1940; Franco ejecutó al menos a mil veces más personas desde 1939 a 1941»

Julián Casanova, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza:

 «Suárez pertenece a la línea historiográfica antigua, totalmente acorde con el franquismo». «Es la visión canónica del franquismo sobre Franco» y  Francisco Espinosa, de la Universidad de Sevilla. «Me parece un despropósito que esto se haga ahora, aunque se fraguara en la época en la que Aznar era presidente del Gobierno. Es una obra inútil, un canto a la visión de la Historia de España de la derecha»

Angel Viñas, Catedrático de la UCM nos ofrece un ramillete de disparates de facto y por omisión de la entrada: un grotesco intento de seudohistoria, en seguimiento de la estrategia estalinista de deformación del pasado como la demanda de apoyo a Hitler y Mussolini y sus consecuencias;  la caracterización del régimen como meramente «autoritario» (como mínimo, una dictadura militar bendecida por la Iglesia católica y con inquietantes proclividades fascistas;  desvirtuación de la ayuda nazi-fascista frente a una pretendida superioridad republicana; adhesión al Pacto Antikomintern (se presenta al revés);  silencio sobre la preparación para incorporarse a la guerra nazi; deformación de las «compensaciones» al Tercer Reich;  distorsión sobre la política hacia los judíos; distorsión de la política hacia las confesiones no católicas; silencio sobre las consecuencias de la violentísima represión contra los vencidos y del período de autarquía etc

Por último Ignacio Escolar entra en la difícil y a veces esquizofrénica relación del PP con la figura de Franco:

“Es curiosa la contradictoria relación de cierta derecha española con su abuelo paterno, Francisco Franco. Por un lado, esa derecha niega cualquier parentesco con el pasado de la dictadura; dicen no querer “reabrir las heridas” cada vez que se les pregunta por las fosas comunes, que aún siguen en las cunetas; y se indignan cuando alguien les recuerda que el presidente fundador del principal partido conservador español es un exministro franquista que se llama Manuel Fraga y que todavía se sienta en el Senado y en el Comité Ejecutivo Nacional del PP. Por el otro, esa misma derecha revisionista –por suerte, minoritaria– aún se empeña en presentar al golpista dictador como un dirigente católico, moderado e inteligente: un “jefe riguroso y eficaz” que “se hizo famoso por el frío valor que sobre el campo desplegaba”, que “montó un régimen autoritario, pero no totalitario” y que incluso libró a España de la Guerra de Vietnam.

Los entrecomillados y las peregrinas teorías pseudohistóricas salen de la sonrojante hagiografía que le ha dedicado la Real Academia de la Historia en el Diccionario Biográfico Español: una obra maestra del humor en el que hemos gastado la broma de 5,8 millones de euros del presupuesto público, gracias a una generosa subvención que aprobó el Gobierno de José María Aznar.

Tras la lectura de esa biografía revisionista, la contradicción es obvia: si Franco de verdad fue tan bueno, tan listo e incluso tan alto y de voz tan viril como nos lo quieren presentar, ¿qué razón tiene la derecha española para renegar de él?”

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