Desde luego no es la primera vez que posteamos a propósito de Sostres. Y seguro que con ello se sentirá orgulloso porque así su inmenso ego se verá reforzado: siendo un provocador nato, bastante ramplón en sus ideas y mediocre articulista, tiene cumplidos con creces sus objetivos de estar en boca de todos y cobrando además por ello. Esos son algunos de los post que le hemos dedicado:
Un inquietante Sostres se la cuela de nuevo a Pedro Jota
Nueva apología de Sostres y escarnio de la campaña catalana
Luis María Anson y su encendida defensa de Sostres
Un duro competidor para Sánchez-Dragó: Salvador Sostres
Sobre Fernando Sánchez Dragó y otros transgresores
Pero como la proyección de este articulista descontrolado, como lo llaman en elplural.com, va en aumento nos sumamos al cada vez más numeroso grupo de detractores que este peculiar espécimen mediático posee y con la esperanza de que sea relegado al ostracismo hasta que abandone sus desmesuras, algo muy improbable si su sistema neuronal está así constituido.
He aquí algunas de sus perlas más famosas:
– «Las mujeres llevan toda la historia lamentándose (…) las últimas décadas, colectivamente, a través de todos los tópicos tan tediosos y absurdos del feminismo. Y nada han conseguido»
– «Escandalizarse por los casos de pederastia y abusos sexuales dentro de la Iglesia Católica es fácil y barato, pero estas anécdotas, (…), no pueden ser una enmienda a la totalidad a la mayor oenegé del mundo» .
– «No es lo mismo que llegues a casa y te encuentres al niño cepillándose a una muchacha estupenda que encontrarte a tu hija en el sofá o en tu propia cama, a cuatro patas, por bueno que esté el chaval» .
– «Llega el sol y las chicas muestran con total descaro cuáles son sus prioridades y su principal esplendor. La belleza es una característica femenina tal como el talento es una característica masculina»
– “A mí me gustan las chicas jóvenes, cuyas vaginas aún no huelen a ácido úrico”.
Y este es el juicio que merece de JM Izquierdo: “En los artículos de Salvador Sostres en unos se despelleja y en otros se desuella. Es un provocador, faltón y virulento. Y lo es en cualquier circunstancia. Y desde hace muchos, muchos años.Y es precisamente por eso, por su profesionalidad en el ejercicio de lo soez, por su desvergüenza desafiante, por lo que el director de El Mundo le dio acomodo destacado en sus páginas. Y no solo le alquiló una columna, sino que, además, con todo el desparpajo que resulta de la suma del desparpajo de cada uno de ellos, le permitió, durante semanas y meses, que opinara sobre lo divino y lo humano»
Lucía Méndez: «En España hay cantidad de hombres que escriben en los diarios cuya visión de las mujeres es clavada a la del primer ministro italiano. O putas o amas de casa o monjas».
