Enrique de Diego, como elefante en cacharrería

enrique de Diego

el rey en bos

 Así parece que ha entrado Enrique de Diego en los entresijos de IntereconomíaTV. Como un elefante metafórico, no como aquellos reales a los que ha ido a abatir nuestro Rey a Botswana, al precio de 20.000 euros la pieza más gastos de viaje, haciendo uso, desde luego, de su libre albedrío, de su capacidad financiera y de su ilusión por vivir aún en tiempos de tanta tribulación.

Mientras tanto, la Reina en Grecia, el nieto travieso Froilán curándose de sus heridas y su yerno Urdanga preparándo la estrategia de defensa por sus supuestos robos al Erario público. Como telón de fondo el 81º aniversario de la IIª República. Miedo me va a dar escuchar el lunes a Losantos con tanta munición como le está suministrando la Familia Real.

Por lo pronto entro en un diario de extrema izquierda, La Gaceta, del Grupo de Intereconomía, que despacha el asunto con estos titulares:”El Rey, en plena crisis y con su nieto en el hospital, se rompe la cadera cazando en Botswana”La Casa Real baja gastos, pero ¿cuánto ha costado el safari en África?

Despachado el asunto del Rey, como obliga la actualidad, hay que entrar directamente en el leit motiv del post: Enrique de Diego, uno de los fundadores de Intereconomía, ha sido despedido de la ultraconservadora empresa y acto seguido, en unos tres meses aproximadamente, ha fraguado su venganza, plasmada en el libro “Dando caña”, lo que es una ocasión pintiparada para que la gente se entere de algunas interioridades del Grupo del que fue cofundador. Y no nos inventamos nada, es copia literal de algunas de las afirmaciones que aparecen en el citado libro, como que la lideresa ESPE es la que manda en Intereconomía:

“La quimera ha consistido en que Intereconomía no ha sido una empresa periodística, un contrapoder, sino un chiringuito político, aparataje de propaganda (…) quien ha dado las órdenes en Intereconomía ha sido Esperanza Aguirre o ella a través de Juan José Güemes, en largas etapas. El autócrata Ariza ha sido el lacayo de Esperanza”, siendo además Esperanza Aguirre la que “ha alimentado en todo momento esa grosera mentira sobre el 11-M con la que Pedro J y Losantos han ofendido a las víctimas y han vilipendiado a los héroes durante siete años. La conspiranoica por excelencia, la jefa de los conspiranoicos es Esperanza Aguirre. Porque la conspiranoia siempre ha sido una mentira política. Y Julio Ariza es tan lacayo de Esperanza Aguirre como Losantos, el torpe linchador, así que deduje que la cosa estaba fea”.

De Carlos Dávila, director de La Gaceta – llamada La Galleta, por su sonoro fracaso por ellos mismos-:

“La Gaceta es el gran error de la megalomanía política de Ariza, a cuyo frente pondría a uno de los periodistas más romo, sectario y de peor estilo del panorama mediático, Carlos Dávila (…) La Gaceta fue convertida por Dávila en una instrumento para su exclusivo medro personal, de exuberante manifestación de fibias y fobias, de defensa a ultranza de todos los corruptos del Partido Popular y de adulación patética a los dirigentes de dicha formación política. Una exhibición constante de periodismo mediocre y de partido”.

El fichaje de Ansón por Intereconomía:
“Durante unos pocos meses el Grupo Intereconomía fue, físicamente, Luis María Anson y el resto, apiñados, como piojos en costura. “Nos tienen como en un taller de chinos”, se comentaba en las redacciones, mientras se miraba, con resentimiento y malquerencia, de soslayo hacia las amplias estancias palaciegas del vetusto Luis María”.

De Losantos y Pedro J:

“Losantos hace el periodismo que haría el niño acomplejado y perverso si le dejaran un micrófono durante el recreo, con tal cantidad de motes y epítetos, que su visión de la realidad parece la de un cómic. Como suele decir un buen amigo, el problema no es que alguien se crea Napoleón, sino que los demás le sigan el juego y se lo crean” “Pedro J. Ramírez es el periodista –si puede mantenérsele el tratamiento- más mentiroso de nuestra historia reciente”.

Antonio Jiménez y su crecepelos, el del Gato al Agua:

“Antonio Jiménez es un profesional romo, que tiende a la pesadez, nada creativo y sólo superado en partidismo sectario por Carlos Dávila. Porque Antonio Jiménez pasa de la audiencia y de lo que está pendiente es de Génova (…) Jiménez brilla como anunciante de crecepelos y está dispuesto a pastorear un circo superficial (en referencia a El Gato al Agua) de tertulianos hooligans del PSOE y del PP”.

Hay muchos más retratos implacables – ocupan todo el libro-, pero, por último les dejo el de la dicharachera y superviviente, de momento, Rita Barberá, a la que los escándalos gurtelianos le han hecho poca mella. Vean cómo suele gastar la pasta valenciana en ganar voluntades:

.”En las Fallas de 2012 fue Alfonso Rojo, otro fijo del Grupo, uno de los vips asistentes a las fiestas valencianas a gastos pagados. El consistorio de Valencia presupuestó 50.000 euros para agasajar a ese tipo de invitados, entre los que, además de Alfonso Rojo, habitual, estaban Cristina Tárrega, Carlos Herrera, el actor Pepe Sancho, las modelos María José Suárez y Remedios Cervantes, y los humoristas César Cadaval y Arévalo. Alfonso Rojo ejemplarifica el inicio de corrupción moral servil y partidista que ha empezado a infectar la red”.

 

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