Eso es lo que acabo de comentar en facebook a otra intervención de Aznar: “Como te escuchen los mercados y los especuladores no van a quedar de nosotros ni las raspas”.
«España es un país intervenido, está en quiebra: «España no tiene tiempo para cien días de cortesía o para una luna de miel electoral, sino que el PP debe tomar medidas nada más llegar al Gobierno el 20N para sacar al país de la «bancarrota» a la que lo han llevado los socialistas” “España es un país intervenido porque el Banco Central Europeo lleva comprando deuda española desde agosto sin parar porque, si no, la economía española corría el riesgo de derrumbarse».
Se muestra sorprendido de que el todavía presidente del Gobierno, el señor Zapatero, se jacte de que España no ha tenido todavía que pedir ayuda» «Cada vez que gobiernan los socialistas dejan el país en la ruina, a la que en esta ocasión se suma una «falta de confianza» de la sociedad que hay que recuperar practicando políticas decididas como se hizo en 1996” “España era un país querido, respetado y admirado, que prácticamente tocaba el cielo del éxito con los dedos porque ahora mismo está en un agujero del que hay que organizar la salida»
Es de esperar que su partido y aquel que fue puesto digitalmente por él, le pongan una mordaza tanto cuando habla en el interior del Estado como cuando sale de sus fronteras en que se manifiesta más peligroso aun aunque seguramente si es cierto el dicho de que perro no come perro a lo mejor los que van a tomar el mando el 20-N –qué vaya fechecita escogió ZP para crearle seguramente serios problemas morales a la derecha extrema a la que le puede pasar lo que al asno de Burilan que murió de hambre por indecisión: ir a votar antes o después de la visita al Valle de los Caidos para honrar a sus fundadores-, los que van a tomar el mando, digo, merecen más respeto de su parte, por el bien de España y de todos.
Es de esperar, por tanto, que Josemari deje de ser el antiembajador en que se ha convertido y deje de sembrar dudas sobre la economía española y sobre la capacidad de España para hacer frente a la crisis económica y deje de ser el único expresidente democrático en el mundo que desgasta continuamente la imagen de su propio país ante el resto de la comunidad internacional por interés electoral.
