Artur Mas el derrochador

Según el diccionario de la RAE derrochador es el que derrocha o malbarata el caudal, el que gasta en exceso. Mas lo es porque ha destinado 30 millones de euros en 2014 para sufragar los gastos del referéndum independentista – las urnas, las cabinas, las propias papeletas de la consulta – algo estéril que no tiene ninguna trascendencia jurídica. Previsiblemente Correos no colaboraría y las urnas también tendrían que ser adquiridas. Más gastos.

 Esto lo hace con unos presupuestos prorrogados y habiendo anunciado un nuevo ajuste de 2.000 millones que contempla, por ejemplo, el mantenimiento de la eliminación de una paga extra a los funcionarios. Esto lo hace además después de que el Síndic de Greuges haya denunciado la existencia de 50.000 casos de malnutrición infantil en Cataluña, Ante este despilfarro con el dinero de todos los españoles el Gobierno debería congelar las aportaciones del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).

 En ‘El Mundo’, se ataca esta decisión, se denuncia que “el ‘president‘ de la Generalitat tira a la basura el dinero de los españoles» y «ofende gravemente a los catalanes y al resto de los españoles al destinar 30 millones de euros a sufragar los gastos del referéndum independentista»:

 A este dislate económico se une el gasto de las ‘embajadas’ catalanas en el exterior. Mas ha anunciado que mantendrá las cinco delegaciones en el extranjero -Berlín, París, Londres ,Nueva York y Bruselas y que potenciará las 34 oficinas comerciales de la Generalitat en el exterior con objeto de “orientarse económica y estratégicamente en Europa y el resto del mundo”

 Y hablando de dinero y de independentismos esto afirma en el mismo diario el catalán Salvador Sostres:

 “Todo el mundo parece muy valiente colgando banderas en los balcones y echándose a la calle, pero a finales de noviembre volverán a vencer los bonos patrióticos que emitió Montilla y mantuvo Mas, y España tendrá que volver a rescatar a la Generalitat, que no habrá conseguido reunir el dinero. Si el independentismo tuviera menos orgullo estéril y más sentido del honor, cada una de las 350.000 personas que conformarán la cadena pondrían 10.000 euros para predicar con el ejemplo y realizar por fin un acto de independencia concreto, evitando que Cataluña tenga que depender una vez más de Españ

Hay un modo mucho más rápido, elegante y cómodo de cubrir estos 3.200 millones de deuda patriótica: estos empresarios que tan independentistas se proclaman, y tan repentinamente cansados dicen estar de esta España que ha sido siempre su principal mercado, podrían traerse los decimales de lo que tienen en Suiza y con ello bastaría para que Cataluña fuera más libre de lo que será en noviembre”

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