Declaración de intenciones

Pienso en lo que dice Raúl del Pozo de Inés Arrimadas. Más de uno va a votar en las Generales a Ciudadanos por ella aunque se presente por Cataluña… Eso se llamaría votar por amor que supongo es la mejor forma de votar. Votar con el corazón y no con la razón o la cabeza

En la autonomía ya sería otra cosa: en ella Susana tiene las de ganar…, aunque aquí ya estaríamos hablando de otra cosa.

«·Si, como dicen sus adversarios, Ciudadanos es una burbuja, de esa burbuja no ha salido una bruja, sino una bandera constitucional con arboladura de novicia, una fiera fina, implacable, a pesar de su cara de mártir, de virgen cristiana. Ha sido la médium de España en el Parlamento de Cataluña, donde acabó desollando a Mas: «Señor Mas. No arrastre a a 7,5 millones de catalanes a su locura».Según Goethe, la memoria llega justamente hasta donde llega nuestro interés.

Quizás por eso, Inés Arrimadas se aprendió de memoria el himno del Barcelona. Lo tenía claro desde el principio: llegar a gobernar Cataluña. Una jerezana de tronío, por el aire de su cabello y su planta de viña y caballo -«Hoy siento entre los labios los sarmientos al pronunciar Jerez», cantó Ángel García López- que representa ya el futuro de Cataluña. Sus padres son de Salamanca y ella vivió en el barrio de Tetuán de Barcelona. Se siente salmantina, jerezana y catalana y, como es de todas partes, no puede entender el nacionalismo. No tiene ningún acento. Se siente catalana porque así lo decidió. Quiso ser arqueóloga. Asistió a clases de teatro. Podría hacer de Doña Inés, ahora, en el mes de Don Juan»

 

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