El Rey y Mas, en la diana

El Rey y Mas

Toda la artillería de la jauría mediática, más algunos medios que toman posiciones, a) ante un eventual ascenso del nuevo mesías Mas en su carrera hacia la independencia y b) ante una posible venida de la 3ª República, arrecian en sus ataques tanto al Rey- “por el desgaste propio de los años, el peso de su oscura fortuna o las malas compañía- despóticamente entrometido”, como a su heredero : “a locuacidad desnortada del Príncipe, seguir la torcida senda de su padre, que se resume en halagar a la izquierda y el separatismo mientras se preocupa de silenciar a la derecha nacional”, como a Mas, para el que algunos ya piden que lo metan en la cárcel si insiste en ir contrala Constitución .

Estas son algunas de las muestras que he encontrado:

En El Mundo: “La estrategia de Mas le ha permitido hasta ahora evitar que se le juzgue por su gestión y por su responsabilidad en la crisis” ““Mas empuja a Rajoy a recurrir al artículo 155” “El Gobierno debe recuperar el delito de convocatoria ilegal de consultas”.  “el único artículo que los tribunales podrían aplicar ahora a Artur Mas por convocar esa consulta es el 410, que impone a los funcionarios o autoridades que desobedecen resoluciones judiciales una simple multa y una inhabilitación de dos años. Un castigo muy pequeño para una conducta que sería muy dañina para el Estado”

 

La Razón : “La convocatoria unilateral de la consulta sería, por lo tanto, un acto ilegal del que habría un autor responsable, en este caso el propio Artur Mas, y no el conjunto del pueblo catalán, por lo que no sería preciso aplicar el artículo 155 de la Constitución, que abre la puerta a la suspensión de una comunidad autónoma. La exigencia de responsabilidades, pues, se limitaría al autor del acto ilegal, y no al conjunto de la ciudadanía de Cataluña. Es un principio jurídico impecable”

Y remata Alfonso Ussía en La Razón:

Dice Mas: “Soy un servidor de una causa histórica”. Quiso parecer humilde y le salió la locura mesiánica. Es curioso. Pero este hombre, desde que se ha declarado abiertamente independentista, ha menguado en estética. Nada tengo contra los jefes de planta de los grandes almacenes, casi siempre amabilísimos y eficientes. Espero que no se sientan zaheridos con el brillante resultado de mi observación. Mas, con ese tupé, bien podría ser jefe de la planta de ‘Ropa de Caballeros’ de unos grandes almacenes en el decenio de los ochenta. Y no se puede ser un mesías y un servidor de una causa histórica, cuando por el aspecto, Mas está siempre a punto de recomendar ‘este chaquetón de cuero que sale a muy buen precio”.

¿Y no es esto una campaña antimonárquica?

El Mundo: “El reproche del Rey a Rajoy que ayer mostraron las cámaras de televisión al final del desfile militar del 12 de Octubre es un doble error muy grave del Monarca. Primero por producirse en público, lo que ha hecho que se visualice que hay tensiones entre el Jefe del Estado y el presidente del Gobierno en un momento especialmente delicado para España. Pero también por cuanto el enfado de Don Juan Carlos tiene que ver con la respuesta política a la escalada secesionista en Cataluña, lo cual debilita al Ejecutivo” “La jornada de ayer quedará como uno de los días más desafortunados para la Casa Real. En la celebración de la Fiesta Nacional ha creado desconcierto entre los ciudadanos. Los más satisfechos serán, sin duda, los nacionalistas catalanes, que siempre han visto en la capacidad unitaria de la Monarquía uno de los principales escollos para sus pretensiones secesionistas. Ayer, el Rey y el Príncipe chutaron contra su propia portería. Así de triste”.

Federico Jiménez-Losantos, primero talibán de las ondas y ahora un nuevo Robespierre, en La Corona pierde la cabeza,     continúa impertérrito, ya solo falta que se le aplique la guillotina, como a sus familiares dela Revolución francesa.:

“Siendo penosa, antidemocrática y rabiosamente anticonstitucional la bronca del Rey ayer al Presidente del Gobierno por tener a Wert como ministro y a Wert como ministro del Gobierno de España (cinco horas después, desmentida a medias por la Casa Real) aún fue peor la reedición en papel cuché del Príncipe de Asturias del tomo en rústica de su padre. Al Rey, despóticamente entrometido, puede excusársele -si es que queda alguien que lo quiera- por el desgaste propio de los años, el peso de su oscura fortuna o las malas compañías, íntimas cuanto onerosas. Pero al Príncipe puede achacársele algo mucho peor: seguir la torcida senda de su padre, que se resume en halagar a la izquierda y el separatismo mientras se preocupa de silenciar a la derecha nacional. El intolerable comportamiento del Rey ayer fue la prueba de que esta corona no merece la Jefatura del Estado”

 “La locuacidad desnortada del Príncipe augura que el futuro Jefe del Estado Español no llevará corona, si ésta es incapaz de conservar la cabeza y de guardarle el respeto debido a la nación (…) Las maneras educadas que suelen mostrar los Príncipes, lejos de la falsa campechanía del Rey, no hacen difícil –aunque siempre no resulte fácil- este trato cortés. Sin embargo, ayer Felipe asumió como propias tan groseras mentiras, tan burda colección de majaderías progres, que comprometió, sin necesidad, a la propia institución cuya continuidad debe asegurar. Si lo que el heredero del Trono quiere mantener es esta Corona que su padre ha convertido en coartada vagamente medieval de una política rabiosamente antinacional, tal vez disfrute del afecto de su familia. Del cargo, le va a resultar dificilísimo».

 

 

 

 

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