Mas, ante la bandera de España en Israel

El presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, coloca una corona de flores en recuerdo de los seis millones de judíos muertos a manos del nazismo, en el Museo del Holocausto de Jerusalén.

 El embajador de España,  Fernando Carderera, presente  en todas las reuniones de cualquier nivel de representantes catalanes con homólogos israelíes,  impuso la presencia de la bandera española en el acto y el president Mas no puso ninguna objeción, antes bien había dado instrucciones para evitar a toda costa cualquier imagen conflictiva como la que portagonizó Josep Lluís Carod-Rovira en el viaje con el president Maragall. O sea, ha querido dar imagen de de seriedad.

 Mas habló con Peres a solas apenas cinco minutos: de acuerdo con la intención del

ministro de Exteriores, José Manuel Garcia-Margallo de utilizar todos los instrumentos a su alcance para impedir que el proceso soberanista catalán se internacionalice (En todas las visitas del president estuvo presente el embajador español, Fernando Carderera, y en todas las reuniones de cualquier nivel de representantes catalanes con homólogos israelíes hubo un miembro de la embajada española tomando notas)

 En el blog EQM ven así la visita (vigilada, para qué nos vamos a engañar):

 “Arturoel otro día en Israel, inclinado ante la corona adornada, también, con la bandera de España. Cuánto hay que sufrir hasta lograr la ansiada independencia…

Ya recuperado del fuerte lumbago, le espeta a Shimon Peres:

‘[…] algunos en el Estado español que acusan al pueblo catalán […] de dirigir un movimiento que está bajo las directrices del nazismo, el fascismo o la violencia’ [¿quién acusa al pueblo catalán y desde cuándo los pueblos dirigen?].

‘[…] necesitamos una Europa fuerte y federal que supere los Estados tradicionales. Hay que ser generoso en esto de ceder soberanía a Europa. Lo dice alguien que pide soberanía’ [o sea: España debe de ceder más soberanía a Europa al tiempo que A MÍ].

Sic. No se puede ser más demagogo.

Afortunadamente Peres le respondió con dos perlas: que se preocupara menos de los Estados y más de las multinacionales y que vigilara más de cerca sus neuronas:

‘El futuro no es de los Estados sino de las grandes multinacionales’ y ‘el reto es la investigación del cerebro’”

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