Necesidad de instauración en España del comando «Acentos perdidos»

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La ortografía española debe ser muy complicada, sobre todo en lo que respecta a la colocación de las tildes que no diremos acentos pues estos aparecen absolutamente en todas las palabras menos en la enclíticas o proclíticas que se lo ceden a las palabras a las que preceden o siguen, fundiéndose con ellas, complicada porque es misión casi imposible ver un texto escrito con corrección por muchos años que su autor haya pasado por la Universidad o demás instituciones académicas.

Y aunque la colocación de la tilde se rige por unas normas muy sencillas, no más de tres o cuatro, como que las palabras esdrújulas deben llevar todas tilde y los monosílabos, ninguno, a no ser que deban llevar la tilde diacrítica para diferenciarse de sus homólogos. Después las palabras llanas o agudas que deben llevar tilde o no según acaben o no, en N o S.

El lío, al parecer, viene después al ponérselas a los diptongos, a los triptongos, a algunos monosílabos, a muchos pronombres cuando van con función interrogativa, a muchas formas verbales en las que aparecen diptongos o triptongos…sin olvidar los hiatos que tantas veces llevan a la confusión, que a partir de ahí ya parece que  bastante generalizada y la única solución es leer mucho o acudir a las escuelas de guardia, como hacen los conductores que han perdido puntos. Eso en el supuesto de que a los infractores les importe algo su agrafia, ya que algunos están todo el día poniendo SMS como locos. Y menos mal que está la escritura en el Word que corrige casi todas nuestras carencias.
El mal ejemplo lo da el gigante Telefónica, que no dudó en escribir su logotipo como TELEFONICA sin esa tilde que deben llevar todas las palabras esdrújulas, qué trabajo le hubiera costado contratar un filólogo en paro, quizá con 800 euros hubiera resuelto el problema que tanto escándalo ha provocado en las naciones hermanas de México, Perú y Argentina, donde unos “cruzados ortográficos” andan reivindicando el uso de la tilde y organizando «cruzadas puntuales» a favor de la acentuación; la primera  tuvo como blanco al logotipo carente de acento gráfico del grupo español Telefónica, al que acusan de ser «uno de los mayores irresponsables en el uso de la tilde».

Grupos de jóvenes de esos países luchan por la  reinserción del acento gráfico en la vía pública, donde señalan su ausencia con un toque de buen humor y rebeldía ante la incorrección ortográfica en las calles y donde se multiplican las intervenciones en todo tipo de carteles donde las tildes brillan por su ausencia: Apenas detectan la falta, estos «cruzados ortográficos» pegan un acento de papel visible en el que además se explica la regla ortográfica violada que es además fotografiada y las imágenes se suben a los diversos blogs de la iniciativa ‘Acentos perdidos’, donde  se generan interesantes debates sobre el español.

Para los dubitativos, los blogs ‘Acentos perdidos’, tienen un enlace a la Ortografía de la Lengua Española de la Real Academia Española y lo deberían tener para su asombro a las consejerías de educación de las regiones dotadas de autonomía en que no solamente ignoran las tildes sino al idioma castellano en general.

 

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