A 24 horas del debate: el 2º round promete ser decisivo

Moderadores
A 24 horas del segundo “cara a cara” entre los dos aspirantes a la Moncloa deben saber que ha aparecido un sondeo de de Metroscopia en el que el PSOE aventaja en 4,1 puntos al PP y se reduce el peso de los nacionalistas :IU se puede quedar fuera del Congreso y ERC es la minoría que más cae. Es decir, que los dos grandes partidos se están convirtiendo en apisonadoras.

Con tan poco tiempo por delante sólo tomamos notas de algunos aspectos de la campaña y casi todos muy previsibles. Aquí todo se va desarrollando según el guión previsto.
Así Aznar apoya a su antiguo delfín pidiendo el voto para él pero de una manera que no huele a democrática: lo votarán los que aman de verdad a España y son personas serias: ¿cómo van a quedar, entonces, los más de once millones que piensan votar la otra opción? El orensano, al mismo tiempo que dice que ZP busca el voto radical «como un poseso», le manifiesta su adhesión ante el apoyo incondicional que le presta: «En mi memoria, mi cabeza y en mi corazón estarás siempre, gracias».

Zapatero ha amenazado a los obispos con «poner los puntos sobre las íes» si vuelve a gobernar y Cañizares alerta de quienes desde el poder «creen que son los poseedores de la verdad» (¿de qué verdad?) además e dar otro toque sobre el laicismo que ahora se lleva, algo que ya ocurría en el siglo XIX y sobre lo que hay alguna que otra Encíclica que no recordamos

Si antes fue Pizarro el que se refirió a los andaluces diciendo que eran clientelares, poco ambiciosos y algo perezos ahora toma el relevo la eurodiputada y candidata del PP al Congreso de los Diputados por Madrid, Ana Mato, para decir que «los niños andaluces son prácticamente analfabetos». La culpa es de Manuel Chaves que no ha hecho nada por la educación de los niños porque «parece que le gusta y quiere que estén así».
No vamos a decir lo dañinas y poco meditadas que son tales afirmaciones hacia una región que tiene tanta historia, como la que más, y que ha sufrido durante siglos de la incuria y de la rapiña de todos los gobiernos, incluida la Dictadura última que padecimos: ahora que se está modernizando y avazando cualquier cantamañanas se siente autorizado a opinar con total desconocimiento y quizá con la aviesa intención de que cambie el color de su actual gobierno. Suponemos que los más de 8 millones de andaluces toman nota de estos desprecios que, de paso, le echan paletadas de tierra al candidato Arenas que está iniciando una leve recuperación.

Como punto final, en estos días de tantos humillados y ofendidos, traemos el lamento de Blanco: «Cuando a mí me llamaron rata nadie dijo nada»

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