En el debate entre los dos candidatos, Javier Arenas sacó toda la artillería y Manuel Chaves se defendió con toda la parsimonia de que es capaz aunque en algunos momentos algunas palabras le salieran maltrechas. Arenas que se ve perdido en todas las encuestas le habló de De Juana Chaos, de no ser creíble para administrar fondos públicos, de tener secuestrada la libertad de expresión. Respuesta del antaño sindicalista Chaves: “Vosotros, los del PP, nunca habéis creído en Andalucía, la habéis contemplado como los señoritos, desde encima del caballo, por eso lleváis tantos años perdiendo las elecciones.”. Hasta el día de hoy sus dirigentes los contemplan como analfabetos e indolentes, en referencia a Pizarro y Ana Matos.
Arenas le acusó de tener responsabilidad política en Marbella. Chaves: “No hay ningún funcionario imputado. Pusimos más de 400 denuncias. Pero ustedes se aliaron con el Gil en la Diputación de Málaga”. Arenas también le recordó que el patrimonio personal que declara no es creíble: le respondió que lleva muchos años intentando deshonrarlo.
Chaves pide para el futuro que los soldados andaluces se vean libres de guerras, como la injusta de Irak. No hubo muchas novedades: parece que las cosas van a seguir como están.
Entre sus promesas: garantizar el acceso gratuito a Internet, a crear 600.000 nuevos puestos de trabajo con la vista en el pleno empleo, una amplia red de colegios bilingües, medicinas gratuitas para los bebés y 300.000 viviendas de protección oficial. Y además, quiere ayudar a Zapatero.
Estas líneas han sido redactadas con celeridad: no disponemos de un extracto de las promesas de Javier Arenas. Ponemos esta modesta plataforma por si alguien nos lo quiere enviar antes del día ocho, jornada de reflexión.
En la política nacional pocas cosas que añadir: siguen los insultos y las tomas de posiciones de algunos medios a favor de candidatos concretos. Así Carlos Herrera muestra su particular inquina hacia F. González, del que dice que es un doberman al servicio de su partido, que va lanzando insultos, “con las cosas que se pueden decir de él”. Y Federico Jiménez lo moteja de una manera extraña: Tigre Kan II de Mongolia. Nos debería dar esta criatura una segunda oportunidad y explicarnos a qué se deber este extraño nombramiento.
O sea, que Aznar y González están tomando un protagonismo inusual.
