Para nosotros la palabra que definiría mejor la llegada de un negro a la Casa Blanca es la de “esperanza”. Todo el mundo se las promete muy felices aunque lo mejor sería moderar esos deseos porque después viene el tío Paco o la realidad con la inevitables rebajas: será muy difícil salir de la actual situación global de crisis, sobre todo algunos países que están entre los ricos, como es el caso de España, que por extrañas razones estructurales dobla la tasa de paro de su vecinos.
Unas esperanzas desmedidas que el primero que no comparte es el gran capital. Fíjense en las noticias que vienen de Wall Street:
“La llegada de Obama a la Casa Blanca será recordada por muchas razones y Wall Street ha querido sumar una nuevo dato para no olvidar de esta toma de posesión. La sesión en la que el primer presidente negro de la historia ha jurado su cargo ha sido la peor que ha recibido el parqué de Wall Street en toda la historia de las inauguraciones de legislatura. Los descensos de entre un 4% y un 5% han dejado al Dow Jones por debajo del soporte de los 8.000 puntos, lastrado por la caída libre de los valores financieros.”
Creemos, pues, que el margen de maniobra de Obama no va a ser muy grande. Si no comienza haciendo concesiones al gran capital lo va a tener muy crudo, al igual que su postura ante la fiera desbocada de Israel que ha saludado su llegada con la retirada de sus tropas de la franja de Gaza. Nos tememos que su política en la zona será la que le dicte el lobby judío, que es el que quita y pone presidentes.
Quizá merezcan otro post las fastuosas fiestas de su coronación en las que están incluidos, por supuesto, los diez bailes que tiene que abrir el matrimonio Obama donde se demuestra que la primera dama es mejor bailarina que él. Toda la noche bailando es mucho: para que luego critiquen nuestras bodas gitanas que sólo duran tres días o la antológica de Farruquito.
También merecerá otro post el brusco aterrizaje que hemos hecho en al actualidad provinciana hispana, hemos dejado atrás la tarde de la toma de posesión en donde había mayoría negra-en el Estado de Columbia hay más negros que blancos– y nos encontramos aquí con lo de siempre: rencillas partidistas, en este caso por la pasta, en que, parodiando al mundo del corazón, el gobierno de Aguirre le “ha hecho unas cámaras ocultas”, al número dos de Gallardón; a ETA con sus amenazas al AVE vasco, justificando el asesinato el pasado día 3 de diciembre del empresario guipuzcoano Ignacio Uria Mendizabal, responsable de la constructora Altuna y Uria, reivindicando también el atentado cometido el 31 de diciembre contra la sede de la radiotelevisión pública vasca (EITB) , contra la cadena de televisión Antena 3, los diarios Expansión y El Mundo y la emisora Onda Cero. Si Onda Cero proporcionara audios como hace la emisora episcopal tendrían ocasión de escuchar los cariñosos epítetos que Carlos Herrera le dedica a la Banda y que como, scripta manent, no reproducimos.
Y por último nos encontramos a Rosa Díez en que llama sectarios y acomplejados a los que critican a su partido: «LOS PRISA, LOS CONFIDENCIAL, LOS GARA, LOS PLURAL…»
