El dinero público, la chafardería y El Follonero

El Follonero

Preguntar por el empleo del dinero de todos es una chafardería, al menos para Durán i Lleida que así se lo hace saber al Follonero cuando lo entrevista en una ostentosa suite del Hotel Palace, lugar donde reside cuanto está en Madrid: “¿Y esto cuánto nos cuesta?», le respondió Duran: «No le importa ni a usted ni a nadie. Eso es chafardería» O sea, ni a él ni a nadie les importa que ellos vivan a cuerpo de rey con dinero público que por lo visto da para hoteles de lujo cuando la mayoría tiene que contentarse con pensiones u hoteles de pocas estrellas, dicho es esto con la menor demagogia posible.

 Otra muestra de cómo es empleado el dinero público es la confidencia de senador del BNG Xosé Manuel Pérez Bouza al mismo molesto pero incisivo reportero: «Entre el Senado y las diputaciones no sabría decirle cuál es más inoperante. Aquí no hacemos nada. Es un despilfarro absoluto».

En época de escasez con ese dinero, a Zapatero, para hacerle su vuelta a León más llevadera se le van a pagar 145.264 euros anuales, en torno a unos 12.000 euros al mes repartidos en catorce pagas. Y eso sin contar la oficina dotada con secretaria y dos funcionarios, uno de ellos con rango de director general, más coche y escoltas, cantidad a la que hay que añadir la correspondiente a un puesto vitalicio en el Consejo de Estado, cifras que no dispongo ahora al no tener a mano ni a Felipe González ni a Aznar, ocupados en su múltiples cargos remunerados que no deben ser incompatibles con el de consejero de Estado.

Los exdiputados y exsenadores cobrarán una indemnización única, derivada de la disolución de las Cortes, de aproximadamente 8.200 euros, y aquellos que dejen definitivamente el Parlamento porque no se presenten a las elecciones del 20-N, o no salgan elegidos, percibirán otra paga temporal de 2.800 euros al mes, creo que durante dos años.

La clase política por tanto, es una privilegiada  que, aunque necesaria, es un mal menor. Y como la nación va mal, y es escaso consuelo decir que es mal de muchos, y como el pueblo los hace responsables de la gestión, tiene la obligación de someterse a las críticas sin enfurecerse o considerar chafardero al que le pregunta, aunque sean unas críticas tan ácidas como las que les dedica Pérez Reverte, que este si tiene patente de corso y que por razones de tiempo solo le voy a trasmitir algunas:

“Me gustaría transmitirle al Gobierno pasado, al actual, y al que puede venir lo siguiente:

– Tengan la vergüenza  de hacer un plan para que la Banca devuelva al
erario público los miles de millones de euros que Vds. les han dado
para aumentar los beneficios de sus accionistas y directivos; en vez
de facilitar el crédito a las familias y a las empresas, erradicar las
comisiones por los servicios bancarios y que dejen de cobrar a los
españoles más humildes €30.01, cada vez que su menguada cuenta se
queda sin saldo..

– Hagan que los políticos corruptos de sus partidos devuelvan el dinero
equivalente a los perjuicios que han causado al erario público con su
mala gestión o/y sus fechorías, y endurezcan el Código Penal con
procedimientos judiciales más rápidos y con castigos ejemplares para
ellos.

– Indecente es que el salario mínimo de un trabajador sea de 624 €/mes
y el de un diputado de 3.996, pudiendo llegar, con dietas y otras
prebendas, a 6.500 €/mes.

– Indecente es que un profesor, un maestro, un catedrático de
Universidad o un cirujano de la sanidad pública, ganen menos que el
concejal de festejos de un ayuntamiento de tercera.

– Indecente es que un ciudadano tenga que cotizar 35/40 años para
percibir una jubilación y a los diputados les baste sólo con siete, y
que los miembros del gobierno, para cobrar la pensión máxima, sólo
necesiten jurar el cargo.

– Indecente es el coste que representa para los ciudadanos sus comidas,
coches oficiales, chóferes, viajes (siempre en gran clase) y tarjetas
de crédito por doquier.

– indecente es que sus señorías tengan seis meses de vacaciones al año.

Acaba instándonos a que juntemos firmas para que haya un proyecto de ley con «cara y ojos» para acabar con estos privilegios, y con otros.

Pues eso, a juntar firmar para acabar con tantas prebendas. Lo malo de esta idea es que ellos serían los que tendrían que legislar contra ellos mismos

 

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