Esperanza Oña Sevilla

Habíamos hecho en días pasados semblanzas de líderes nacionales, que a nuestro juicio y por imperativos de la actualidad , lo merecían, pero sin atender a ningún criterio, les hablamos de Rajoy, Magdalena Álvarez y Manolo Chaves, trío que tiene en su currículo el haber sido ministros y esperanza de ser algo más en el futuro , caso de Mariano Rajoy, pero quizá debido a nuestro desconocimiento del personaje declinamos la sugerencia de hacer lo mismo con Esperanza Oña, parlamentaria andaluza y alcaldesa de la villa costera de Fuengirola.

Y finalmente no nos decidimos porque nos parece que no ha hecho los méritos suficiente, al menos como los anteriores, para que se le haga algo parecido, teniendo en cuenta, además, de que a los precedentes, además de sus virtudes se les sacaban algunos defectos como políticos aunque el balance nos parecía favorable que no es el caso de dicha señora, que además, ya en su día le fue hecha una loa por Antonio Burgos, biógrafo de toreros y duquesas, látigo de los sociatas, e impulsor de los carnavales de Cádiz, por el que nos enteramos de que fue canguro de un hijo suyo en sus tiempos de estudiante , como si tal dato fuese relevante aunque sí revelador del que cariño que le tiene, similar al que profesa a otra rubia, política de su mismo color, de nombre Teófila, cántabra de origen y que el pueblo  adora, como demuestran todas su reelecciones. ¡Ay, Cai, salada claridad !

Mañana expondremos las razones que nos han animado a traerla aquí aunque por razones diferentes, en esencia el poco cuidado o el desconocimiento del alcance del léxico que utiliza para combatir a sus rivales políticos: si se siembran vientos las tempestades futuras están garantizadas, aunque sean a nivel provincial o regional porque después les ocurre como a Aznar que hoy mismo ha dicho en ABC: «Soy víctima de una cacería».

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