La sentencia del TC sobre el Estatut recibida con división de opiniones

tribunal constitucional

Desde el montaraz ERC llamando a la rebeldía hasta El PSC y CiU no quieren cumplir la sentencia del Tribunal Constitucional en el Parlament catalán los socialistas catalanes y CiU se han reunido para reclamar un pacto para recuperar todo lo que el TC ha recortado del Estatuto. Han pedido “un nuevo cordón sanitario contra el PP » que ha sido el instigador de los actuales males que han supuesto un cierto freno a los políticos catalanes.

Opinan todo lo contrario que las formaciones citadas otros políticos y periodistas cuya relación sería muy prolija. Y así nos fijamos sólo  en el animoso don Manuel y en su grito: : Fraga: «Este Estatuto no vale. ¡Viva España!»

O en dos periodistas que tienen su público y valientes opiniones que no dudan en culpar a Zapatero de lo que ellos consideran un desaguisado en toda regla para los intereses del país en su conjunto.

A Pedro J. el suave tijeretazo que el TC le ha dado al Estatut le parece insuficiente criticando al mismo tiempo a los partidos catalanes que “después de haberse apropiado de lo que no es suyo ponen el grito al cielo cuando les obligan a devolver una parte«. «Es una pataleta táctica destinada a camuflar que se están quedando con todo el resto», “a Catalunya le retiran sólo una parte de los privilegios que Zapatero le otorgó vulnerando la igualdad de todos los españoles” y «lo que no tiene solución es la consagración de la inmersión lingüística y la exclusión de la enseñanza del castellano, la bilateralidad, que el principio de solidaridad haya quedado limitado y lo peor de todo, se reconocen derechos históricos como fuente del autogobierno».

A juicio de Pedro J. “se ha perdido la última oportunidad de impedir la destrucción del modelo territorial incluído en la Constitución del año 1978″. «Entramos en una fase muy peligrosa. Zapatero y María Emilia Casas tienen la culpa»

Como de costumbre las palabras de Losantos hablan por si mismas:

“El Estatut es obra directa de Zapatero y su cómplice,  Mariano ”. Así enjuicia dos magistrados: “Los dos grandes traidores en el terreno moral y político han sido un tío de izquierdas, Aragón, y otro de derechas, Guillermo Jiménez, uno del PP, al que ha acusado de haber votado lo contrario de lo que había defendido en su ponencia: “¿Por qué, por cuánto? Cuando pasee por Sevilla y le señalen como éste es el que vendió España… ¿qué dirá? Porque es verdad, y qué barato se han vendido, sólo por una cita sobre la eficacia jurídica…”.

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