Arrecian las críticas contra Rajoy y Gallardón, seguramente alentadas por quienes quieren quitarlos y que todos conocemos. Ante los graves insultos con que son recibidos en su sede de calle Génova en que han tenido que entrar y salir por piernas, sólo se nos ocurren dos consideraciones: o va a durar lo que un caramelo en la puerta de un colegio o podría salir fortalecido de la brutal crisis. Tampoco podremos consultar esta cuestión a aquellos adivinos que predicen el cambio climático ya en marcha aunque éstos no sepan decirnos qué tiempo que va a hacer dentro de diez días y menos cuando hay quien predice una próxima glaciación que evidentemente iría contra el calentamiento global que de momento está surtiendo sus efectos en un sector del PP.
He aquí algunas de las lindezas que esta mañana han tenido que escuchar ambos líderes: «Rajoy vete con tu Chikilicuatre», «Devuélveme mi voto”, «Vete ya”, «Rajoy ha traicionado mi voto» y Gallardón: «Cobarde, traidor y asesino”, «Da la cara». Los más exaltados han llegado a golpear algún vehículo.
Esta concentración parece que ha sido promovida mediante mensajes a través de los móviles que ha sido contrarrestada por otra que va en sentido contrario y organizada también por mensajes de móviles. De momento nadie se ha acordado de Rubalcaba como en otras ocasiones en el mismo sitio y a la misma hora.
Pero la crispación va por barrios y en la otra punta de Madrid, en uno de los hospitales de su jurisdicción, Esperanza Aguirre ha sido recibida a la entrada al grito de «mentirosa» y de si ella se pondría una cuña (acepción 4ª del Diccionario de la RAE) que se hubieran puesto antes treinta y nueve pacientes. Dicen los familiares de los enfermos que hay una sola cuña para atender a 40, que nos parecen muchos.
