Kiko Argüello, a la derecha de Benedicto XVI
No podíamos acabar estas entregas sin mencionar a los seglares que hicieron de acólitos de tanto obispo y cardenal que se congregaron en la plaza de Colon de Madrid el pasado día treinta de enero, es algo que pone por nuestra parte punto y final a aquel acto que tanto revuelo y tanto comentario suscitó en su día. Y esta mención tiene
un aspecto discente en lo que a nosotros respecta porque los seglares que intervinieron eran hasta el día aquel, unos perfectos desconocidos y el ignorar su nombre nos incitó a su conocimiento y así pudimos enterarnos de que Kiko Argüello fundó algo que no queremos denominar una secta como lo calificó ,además de llamarlos bufones y agitadores al servicio del papado y de los obispos españoles, Maruja Torres con el desparpajo que la caracteriza y cuyo nombre es “Camino Neocatecumenal” de evidentes resonancias a primeros cristianos o a aquellos que se están instruyendo en los misterios de la religión cristiana. Su discurso lo podemos condensar en: “Con nuestra presencia aquí estamos salvando a la familia y si no lo hacemos nos estamos jugando el futuro, familia que hay que defender ante este Gobierno ateo y laico, ante este Gobierno que no nos lleva a ninguna parte, cuando nuestro destino es el cielo”. Cerró su intervención entonando el himno de su organización: “Resucitó”
Aunque con menos fogosidad también habló el fundador de la Comunidad de San Egidio, Andrea Riccardi: “La familia no está superada pero tenemos que luchar para fortalecerla”El Presidente de Comunión y Liberación, Julián Carrión, sacerdote español y por lo tanto célibe, afirmó: “El matrimonio no es la tumba del amor, sino su realización”, una afirmación bella y teórica proveniente de alguien que es un inexperto en estos asuntos y que debería saber que, dada la condición humana, circulan por ahí otras teorías que van justo por el camino contrario.
Sólo nos queda glosar de alguna manera al obispo de Tenerife y sus declaraciones pero ya llegará el momento, más pronto que tarde.
Vale, sí, puede ser, pero citar a Maruja Torres…cuando vivía Juan Pablo II se debatía si debido a su vejez debía o no abandonar el pontificado…en medio de la tertulia la Maruja esta se lució con una imitación de su estado, combinando un temblor de voz balbuceante con la inseguridad que a un anciano da el sufrir parkinson…brillante periodista, creo que se cubrió de mierda…
“No, lo que pasa es que la locomotora avanza despacio y los vagones pesan. Y la gente que va en esos vagones es pasiva. Los bandidos atacan el tren. Pero todo se ha movido. Al salir a la calle hemos demostrado que por cada millón de personas que se manifestaba existían cuatro millones de hijos de puta que callaban sabiendo que iban a votar a Aznar. Pero ese millón que ha salido es la locomotora que se mueve”.
Me refiero a La Ventana, de la SER
No conocía ese comentario de Maruja Torres a la que puse de ejemplo de descalificadora profesional: como tiene cierta soltura con la pluma la emplea de esta manera. Y si es cierto lo que dice usted en cuanto a lo de hacer chanzas de la enfermedad de un anciano es lógica su indignación: no se puede caer más bajo. A saber lo que la vida, su vejez, en la que ya está instalada, le deparará.
En cuanto al comentario que aparece en el programa de la progresista Gemma Nierga no lo escuché.Así que no puedo enjuiciarlo o a lo mejor lo saca usted a colación por mis comentarios acerca de la nutrida y lícita manifestación del 30:en resumen,pusimos en tela de juicio no el acto en sí, ni el gran número de fieles cristianos que acudió, sino algunos planteamientos que nos parecieron bastante dogmáticos e infumables a cargo de algunos prelados, tampoco compartidos por la totalidad de los obispos ni por su Presidente.