Se dice que en el año 413 a.C, este sabio tan cínico como famoso paseaba por Atenas en pleno día portando una lámpara. Mientras caminaba decía: «Busco a un hombre.» «La ciudad está llena de hombres», le dijeron. A lo que él respondió: «Busco a un hombre de verdad, uno que viva por sí mismo, no un miembro más del rebaño”
Se puede retorcer la frase cambiando hombre-que es un animal político, en el más noble sentido del término- por político profesional, con lo que Diógenes tendría cierta dificultad, si va por las calles y caminos españoles, por las ágoras de las comunidades autónomas de Cataluña, Andalucía, Madrid, Valencia, Aragón, Baleares, Canarias, Castilla, etc.-creemos que recorrería las 17- para encontrar a los honrados, dada la avalancha de escándalos que abarca a todo el país, provenientes de los principales partidos políticos, los detentadores del poder en el presente o en el pasado, y que han provocado que seamos el escándalo de Europa. Sin ir más lejos la BBC ha publicado un reportaje titulado «Corrupción, la palabra de moda en España”
Y si hablamos de partidos ahí están todos: PSOE, PP, CiU, PAR, Unió Mallorquina, PAL, con una corrupción en sus filas directamente proporcional al cacho de poder que tengan y que cada vez preocupan más a los españoles, al 16,5 %, inmediatamente detrás del terrorismo, un 18, 3 %.
Después de los casos Gürtel, Palau, El Ejido, Astapa, Malaya, Mercasevilla, Ciempozuelos, Lorca, etc, las últimas incorporaciones a tan vergonzosa lista han sido el alcalde socialista de Santa Coloma de Gramanet y CiU con motivo del caso Millet y la detención de Macià Alavedra y Lluís Prenafeta.
Según el Consejo de Europa una de las causas de tanta rapiña puede deberse a la opacidad de los partidos y la incapacidad del Tribunal de Cuentas de revisarlos por esta causa, debiendo ser por esta razón la Administración de Justicia el último recurso, donde se reparten las responsabilidades, pero no el único remedio contra la corrupción porque la investigación de una trama puede durar años partir del momento en que se detecta alguna irregularidad.
El caso Malaya, por ejemplo, aún no ha comenzado a verse: una legión de abogados, suponemos que pagados con los abundantes fondos que sus clientes robaron previamente, se están encargando y procurando que todo vaya quedando en agua de borrajas, e incluso con sus clientes pidiendo al Estado, daños y perjuicios, como un caso reciente de empresarios poderosos que en Madrid han pedido unos milloncetes de euros por las molestias recibidas.
Es triste constatar que la política,en vez de ser un instrumento al servicio de la ciudadanía sea para muchos un instrumento para enriquecerse.No es de extrañar que en estas condiciones en España la participación de los ciudadanos en la política vaya cada vez más al pique.
Saludos.