Confidencias de Pedro J. a Sánchez Dragó

Una de cal y otra de arena. Si la anterior entrega estaba dedicado a algo tan serio como es el dinero público, a las dificultades con que se encuentra el Ejecutivo para la confección de los Presupuestos o formas en que se va a gastar el dinero recaudado vía impuestos, a la serie de extrañas alianzas que tiene que hacer, porque finalmente tiene mucha guasa que los siete votos que le faltan para la mayoría absoluta lo tengan que poner los independentistas de Ezquerra que están todo el año deseándole maldades a España,  o el PNV  poniéndole trampas saduceas, ambos están constantemente ejerciendo la apostasía laica, cuando los que deberían prestar esos votos son algunos de los que supuestamente son depositarios de las esencias patrias y no estar como los anteriores poniéndoles palos en las ruedas de la gobernabilidad. Y así entre la crisis acuciante y la deslealtad de algunos políticos, no es de extrañar que a más de uno le dé por coger vuelos baratos y se pierda allende los mares.

Esta entrada la vamos  a dedicar a traerles algunas perlas de una conversación entre Pedro Jota y Sánchez Dragó, que ha visto ahora la luz porque se supone va a tener más difusión que en el verano, con las calores. Y de la conjunción de esos dos astros o satélites, puede salir cualquier cosa entre las que se pueden encontrar la amenidad, la inmodestia, el autobombo, el sectarismo y bastantes dosis de cinismo.

Así Sánchez Dragó de Pedro J., haciendo el símil el título de un libro que sobre él han escrito, afirma que “tiene tinta en las venas”, es el periodista por excelencia que cree  escribir mejor que la mayoría de  sus compañeros, aunque inteligentemente dice que eso es muy poco ya que tampoco se considera un genio de la literatura, lo que es evidente.

Repasan temas recurrentes en su carrera periodística, como fue el caso del juez Gómez de Liaño, condenado entre otros delitos, por prevaricar, aprovechando la sentencia reciente sobre el mismo del Tribunal europeo, para cargar contra Prisa: “Es algo definitorio de lo que era el juego de poder en el Felipismo, en el que además, el grupo PRISA compartía el poder de facto con el Gobierno”. Para ambos poderes “había que linchar al juez, y vaya si lo lincharon: arremetieron contra él en todos los planos: el ideológico, el político (…)”

Sobre las condenas a Losantos:
“El fallo de la jueza es una gran injusticia que tendrá que ser corregida por instancias superiores porque en España todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros y algunos, como Federico y Gómez de Liaño, lo que son es mucho más desiguales que los demás”. En la entrevista reconoce no tener amigos aunque aquí demuestra sí ser amigo de los dos condenados, el periodista y el juez.

A Gallardón lo llama cobarde en cierto sentido: “ Ha obtenido rédito político de su confrontación con Federico con el que se ha enfrentado porque no se atreve a pelarse con Aznar y aprovecha el menor resquicio para arremeter contra el locutor estrella de la COPE. “
Reconoce el cambio en su opinión sobre el ex presidente  Aznar, antes y después de la Guerra de Irak. Con la clase dirigente “siempre te llevas bien cuando defiendes lo que el político hace, y siempre te llevas mal cuando no lo haces”.

Se confiesa “probablemente creyente”, al contrario que Zapatero, que en una de las entrevistas “confidenciales” que le hizo antes de llegar a la Moncloa, le manifestó no creer en Dios, se confesó ateo. Finalmente explicó que ese “probablemente” personal  puede significar  que sólo se acuerda de Santa Bárbara cuando truena.

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