No se puede jugar con las cosas de comer ni con la xenofobia ni practicar en exceso la demagogia, que por otra parte, tan aficionado a ella son los políticos. Una de las cosas gordas oídas estos días son la pronunciadas por Rajoy cuando afirma que 180.000 extranjeros cobran el desempleo y 30.000 españoles han ido a la vendimia a Francia. Alma de cántaro, como diría Jiménez, el de los motes fáciles y evidentes –llamar a su odiado, Gallardón I, el Deficitario, porque su ayuntamiento lo tiene en grado sumo-: los extranjeros cobran el desempleo porque antes han cotizado y los vendimiadores emigran temporalmente porque en el último año han quedado en el paro más de 500.000, la mayoría procedentes de la construcción, la gallina de los huevos de oro con la que tantos se enriquecieron y que ahora piden socorro al gobierno, cuando en la época de las vacas gordas…Todo consecuencia del pelotazo inmobiliario, que tantos años ha durado, en que se ha construido tan aberrantemente, más que en los países más prósperos de la UE juntos, y que ni Aznar ni Zapatero supieron frenar a tiempo.
Es de sentido común que no se pueden poner todos los huevos en el mismo cesto, hay que diversificar la economía., aunque como dice Solbes, la recesión va poner las cosas en su sitio: a los jubilados que cobran menos de 600 euros los va a poner sobre las cuerdas ya que los productos devorados por la inflación son los que “estas capas de la sociedad” consumen.
En el vídeo oigan a Solbes, a Zapatero: intenten descubrir dónde está el origen de la desaceleración. Lo grave del caso es que ambos tienen parte de razón, por lo que tendremos que apuntarnos a multitud de viajes organizados a Lourdes y Fátima en busca de una pócima milagrosa que nos deje, por lo menos, como estábamos hace un año.
