Aunque desde que se inició esta página procuramos intercalar de vez en cuando algo de la crónica rosa que es evidente que la sociedad demanda y que muchas veces hace incursiones en el más teóricamente serio terreno político, miremos al país vecino con Sarkozy y su estupenda y bien dotada novia Carla Bruno, los programas en España, ya catalogados “del corazón” pero con superposición del nombre de “ programas-basura”, habían llegado a tal nivel de abyección que hacían difícil traerlos aquí, cuando estábamos en una senda de seriedad al tratar sólo temas políticos, pero hoy hay que celebrar y brindar porque ha caído de la pantalla el paradigma de todos ellos,” el Tomate”, que aún teniendo un nivel de audiencia aceptable la cadena ha optado por retirarlo: parece una constante en Telecinco el dar de baja programas en pleno éxito aunque con síntomas de agotamiento, como ocurrió con la exitosa ”Crónicas marcianas” que estuvo tantos años en el candelero y que puso de moda definitivamente la franca basura televisiva y a lo largo de muchos años.
En el caso que nos ocupa parece que ha influido o precipitado su caída el hecho de ser quienes publicitaran en exceso la escena en que la revista satírica “El Jueves” caricaturizaba a los príncipes en actitud íntima o fornicatoria. Otra de las causas puede ser la aparición y de otro programa en la Sexta, en que su bandera además de ridiculizar todos los programas basura, lo hacía con este en especial, de una manera inmisericorde: los cazadores cazados o las desventuras de “Mermelada”.
Habrá que observar cuidadosamente la evolución de este programa satirizador de la basura por si ellos no se deslizan suavemente por el tobogán del éxito y acaban devorándose a sí mismo, que es lo que seguramente acabará pasando.
La repercusión mediática de la desaparición de este impresentable programa ha sido inmensa y todos los periódicos digitales, de papel o radiofónicos le han dedicado su crónica rosa, como no podía ser de otra manera. Como no queremos publicitar más lo indeseado nos quedamos con la Asociación de Telespectadores y Radioyentes (ATR), que denunció al programa por la emisión, en horario protegido, de escenas de «violencia extrema» sobre peleas clandestinas entre mujeres «marginadas, semidesnudas, dispuestas a dejarse la piel por dinero y grabadas por mafias».
