En el País Vasco la sombra del escolta es alargada

concejal con escolta

40.000 personas sufren acoso en Euskadi y Navarra, según la últimas estadísticas, parodiando los versos de Dámaso Alonso “Madrid es una ciudad  más de un millón de cadáveres según las últimas estadísticas”, aunque estos son puramente literarios y esperemos que ninguna de esas 40000 personas lo sea real, por lo menos por violencia terrorista, de las cuales mil  tienen que ir acompañadas por escolta a diario, lo que provoca graves consecuencias en su salud física y psíquica con trastornos como síntomas de ansiedad, miedo, aislamiento o aumento en el consumo de tóxicos o sedantes.

Además, para reforzar esta situación de terror, hoy diez jóvenes abertzales, en situación de busca y captura, han hecho pública su integración en ETA ya que, «a pesar de no ser de ETA, han pretendido juzgarnos como si lo fuésemos y ante la imposibilidad de seguir trabajando en nuestros pueblos».Dicho sin eufemismos: aspiran a ser valientes gudaris mediante el coche bomba, el tiro alevoso en la nuca, esté la prole presente o no , a ingresar, cuando hayan ejercido la profesión de verdugos del pueblo,  en las duras mazmorras españolas, de donde saldrán para juicio en excelente condición física y unos peinados estupendos,  y unos cuantos años más tarde de haber ingresados semi analfabetos, salen portando un flamante título universitario gracias a la entrega y dedicación de algunos profesores simpatizantes de la Universidad del País Vasco, aunque haya suspicaces que piensan que pueden ser aprobados patrióticos. ¡Qué barbaridad, dudar de la integridad y del espíritu universitario! Gaudeamus igitur.

Mientras tanto, el representante del Estado Opresor en aquellas tierras, el lehendakari Ibarretxe va a repetir en el cargo ya que “tiene los pies en la tierra y cuenta con capacidad y propuestas renovadas en un momento en el que no podemos perder un minuto en ‘aventuras’, ni perdernos en ‘desventuras’”. Dijo el otro día que va a insistir en el Referéndum y a ETA, que se vaya, que molesta. Toda una declaración de guerra.

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