La España de pandereta en el proceso de la Pantoja

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=9hH8EAkPaAA[/youtube]

Pantoja acosada

En esta España de charanga y pandereta incluimos tanto a la masa incontrolada como a los vergonzantes periodistas del hígado, entre los que destacan los de DEC y “Sálvame” como rostros más conocidos y que ya por la noche evacuarían todas sus morbosas impresiones sobre la citación judicial de la Pantoja.

Los mismos que hace unos años caían rendidos ante el amor que se profesaban ella y el Cachuli, los mismos que  su paso por las calles de Marbella la aclamaban al grito de ¡guapa, artista ! ayer esos piropos los volvían lanzas y dardos envenenados en forma de gritos de «sinvergüenza, choriza» o «devuelve el dinero» :  El vía crucis mediático de Pantoja

 Independientemente de su culpabilidad, que tendrá que ser determinada por sesudas señorías, creemos que, dentro de lo posible, se deberían evitar humillaciones a todos los reos, desde los que cometen delitos económicos a los autores de crímenes abominables: la dignidad humana siempre prevalecer, algo debe distinguir a las personas normales de aquellos que tienen la desgracia de haber delinquido. Y a estas alturas del siglo XXI creo que deberíamos diferenciarnos de aquellos que hacían calceta en tiempos de la guillotina, o bramaban en los circos romanos sedientos de sangre o, asisten curiosos a los degüellos a los que tan proclives son los talibanes.

No sabemos qué habría ocurrido ayer en Marbella si dejan en manos de aquella vociferante plebe, la misma que daba un año tras otro la mayoría absoluta a aquellos políticos que propiciaron tanta corrupción, a la viuda de España, a Isabel Pantoja. Sí sabemos que la miríada de periodistas, fotógrafos y cámaras le impidieron durante diez minutos salir del coche y que, una vez fuera de él, la agredieron literalmente con sus micrófonos sin que le sacaran ni una sola palabra además de haberle desgarrado la ropa para impedir que avanzara hacia su particular Gólgota para recibir en mano las causas de su procesamiento  de un señor juez que seguramente podría haber evitado estas muestras de incivismo, a la vista de que era muy previsible que iban a suceder, arbitrando otras medidas, en el espacio y en el tiempo.

 

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *