Miles de actas de defunción de periódicos se firmarán en los próximos años

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redaccion daily telegraf

Ya lo veníamos observando en el puesto de periódicos de la urbanización los domingos por la mañana: la gente ya no traía el periódico bajo el brazo sino una gran bolsa con contenidos varios entre los que se adivinaban coleccionables, tazas, libros, pesados suplementos con un 90 % de publicidad, en total casi kilo y cuarto de peso por cada periódico, además de los correspondientes cupones que se tienen que ir coleccionando para después canjearlos por ordenadores, televisores, navegadores, edredones nórdicos, vajillas, cámaras de fotos, etc. con lo que teníamos fundadas sospechas de que a la gente, que previamente había reservado su ejemplar, se había apuntado en una lista artesanal en la que el quiosquero de turno tenía anotados a sus clientes por riguroso orden de llegada, no faltaría más, a la gente lo que de verdad le importa es la promoción de turno y no la lectura para la que dispondría de muy poco tiempo libre, pues el 30 % de ese tiempo los españoles los dedican a navegar por Internet, donde de paso tienen a su disposición 1.000 periódicos digitales más.

Si los anunciantes tienen esa misma percepción que tenemos nosotros, la de que la gente no lee los periódicos ni por lo tanto los anuncios,  retiran la publicidad, la primera fuente de ingreso de los periódicos que ha caído en vertical, yéndose a otros medios como la televisión o la radio que muchos enterraron hace varia décadas. A esto podemos unir la proliferación de periódicos gratuitos que curiosamente son las propias editoriales de los periódicos las que los lanzan.

Lo cierto es que cada vez se venden menos periódicos: observen el Centro de cualquier ciudad, más bien mediana que grande, donde verán paseando, a miles de jubilados con un periódico gratuito- o dos o tres- enrollados bajo el brazo, como si en vez de correr como posesos caminaran en unos pacíficos Sanfermines burlando no a los morlacos sino a los agravios de la edad: esos centenares de miles, repartidos por toda España no van a comprar un periódico ni de coña, con la miserable pensión que les ha quedado, después de 50 años trabajando.

Así que no es de extrañar que Juan Luis Cebrián, el fundador del diario más prestigioso, fundado hace más de 30 años, haya anunciado que El PAÍS escrito se va a unificar con el digital, mediante una  reestructuración basada en la creación de tres nuevas empresas, al mismo tiempo que ha dicho:
«La tasa de mortalidad de los periódicos es altísima. La fiesta ha terminado»

Pero no se extrañen: el coloso de los colosos el  The New York Times está en tratos con el multimillonario mexicano Carlos Slim para que aumente su participación en el periódico y sea su salvación frente a la crisis y las deudas y que el Wall Street Journal  haya sido adquirido por parte de NewsCorp , siendo actualmente el único periódico en EEUU que tiene previsto crecer en plantilla, frente a los despidos del resto de medios. Así que el resto de periódicos, que se mantienen milagrosamente y con casi simbólicas tiradas, que vayan poniendo sus linotipias en remojo.

Además Juan Luis Cebrián ha pronosticado que en quince años la prensa escrita desaparecerá y quien más se alegrará será el medio ambiente y los bosques que son talados salvajemente para la producción de celulosa con que hacer esos suplementos y periódicos de los que se lee, como mucho, un 15 %.

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