Pretenden cambiar en Cataluña la Navidad por «Fiestas de Invierno»

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        Villancico popular catalán que Pau Casals llevó por todo el mundo

En Cataluña, su Generalitat, está gobernada por el PSC, ERC e ICV, algo que sólo el 48% de los ciudadanos catalanes sabe, el 29,2% no acierta, el 21,5% dice que no lo sabe, y el 0,6% no contesta. Un Tripartito desconocido para la mayoría al igual que la mayoría no sabía que CiU son dos partidos, lo que demuestra que los catalanes no están muy preocupados por sus políticos.

Como los catalanes, al día de hoy, siguen siendo residentes españoles se les puede aplicar la encuesta del CIS en que se dice que el principal problema para dos terceras partes de la población que reside en España es el desempleo. Un 48,4% de las personas encuestadas ve prioritarios los problemas de carácter económico, a los que siguen, el terrorismo (18,3%), la inmigración (14,3%) y la inseguridad ciudadana (12,8%).

No está por tanto entre las primeras, si es que existe esa preocupación, el cambiar sus tradiciones casi, o sin casi, milenarias, como son las referencias religiosas, cambiando algunos nombre y sustituyéndolos por otros: ahora los catalanes, adultos y niños ya no tendrán vacaciones de Navidad o Semana Santa, simplemente “de invierno ” o “primavera”, a imitación clara de las campañas comerciales de El Corte Inglés, si prospera una propuesta que el Consejo Escolar de Cataluña ha enviado al conseller de educación Ernest Maragall, con la que quieren que se ahonde en la política laicista del Ejecutivo catalán. Esta propuesta la quieren camuflar con que “sería un primer paso hacia una distribución más racional de los períodos lectivos y de descanso»

También alegan que hay que cambiar el nombre, debido a la creciente inmigración y a la multiculturalidad, algo que se contradice con el hecho de que a la  religión musulmana se le están empezando a reconocer fiestas propias y situaciones especiales como el rezo de los viernes o el Ramadán.

Preparando quizá el camino Carod Rovira ha visitado oficialmente el Centro Islámico Camino de la Paz de Barcelona, acompañado de la directora general de Asuntos Religiosos, Montserrat Coll, donde animó a los musulmanes de Cataluña «a seguir construyendo un Islam a la catalana, abierto, acogedor y con vocación universal». Para José Luis Carod “ las comunidades islámicas tienen una buena disposición para participar activamente en la vida social de Cataluña», «la diversidad es una característica esencial de Cataluña, y la diversidad religiosa está en Cataluña para quedarse», «si queremos un Islam catalán con personalidad propia, identificable e identificado con el país, hemos de reconocer que es parte del país»

Pues José Luis debería decirle a su consejero Maragall que está bien ese respeto a la cultura musulmana, a su religión, pero que la nuestra está antes, está desde hace dos mil años por aquellas tierras: se merece por lo menos el mismo respeto. Pero qué se puede esperar de un sujeto que ya se cachondeó, ante la sonrisa del otro Maragall, del símbolo cristiano de la corona de espinas. Qué bufón.