En Wimbledon, Rafa Nadal emula a la «Roja»

Forges y Nadalcampeones en Winbledonnadal

Esto dice el diario Marca acerca de la hazaña:

“…Un huracán llamado Rafa Nadal pasó por encima de la historia, fulminó el gafe español en la hierba de Wimbledon y se convirtió en el sucesor de Manolo Santana. 42 años después un español volvió a inscribió su nombre con letras de oro en el palmarés masculino, tocando el cielo gris y romántico que siempre ha acompañado a All England Tennis Club.”

La verdad es que ha sido una tarde-noche emocionante pues hemos estado casi siete horas delante del televisor para contemplar algo que durante cinco años parecía imposible: derrotar al suizo Federer en la hierba inglesa. Ha sido una hazaña  que el rey de la tierra batida bata al rey de la hierba preparando así el asalto al puesto número uno en el escalafón mundial del tenis en un año en que su segundo puesto llegó a correr peligro porque el tercero en discordia, el serbio Djokovich, venía arreando.

Después del éxito de la semana pasada en que se ganó la copa de Europa de fútbol, un deporte colectivo, llega ahora, este tan inmenso, con un deporte individual, cual es el tenis. No es normal que un país tan pequeño dé tan grandes deportistas. Habrá que decirlo bajito: es mucha tela para los franceses el que Rafa lleve ganados cuatro Roland Garros consecutivos, el ciclismo dos Tour seguidos, (en el de este año Valverde ya cogió el maillot amarillo). Eso sin que contemos a Gassol, o a Fernando Alonso, que lleva dos años en blanco, o Sergio García que no es un grande porque falla el último put.

Desde luego el deporte y los deportistas conectan mejor con el pueblo al que da más satisfacciones que los políticos que lo representan, tanto a escala nacional, como autonómica, e incluso las malas lenguas han llegado a comentar – siempre hay gente exagerada por ahí-que hay algunos de esos que chupan del bote del presupuesto que se alegran de las derrotas de nuestros deportistas e incluso han dicho de viva voz que prefieren que gane antes la Pomerania o el Turco,  que sus conciudadanos. Si esto fuese cierto deben llevar un verano de lo más duro viendo tantos triunfos y tantas exhibiciones de la bandera rojigualda, de la que son portadores tanto los de derecha como los de izquierda, cuando antes era patrimonio de los chicos de Fuerza Nueva, camuflados ahora en otras siglas, para disimular.

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