El juez Garzón ha enviado a la cárcel a la alcaldesa de Mondragón por colaboración con organización terrorista y quebrantamiento de la suspensión de actividades que acordó respecto a ANV.Por su parte Ibarretxe en un acto por los Derechos Humanos al que no han asistido ni víctimas, ni PP ni PSE aunque tampoco familiares de etarras, ha recordado a Zapatero que hace 198 días le ofreció la apertura de negociaciones y todavía no ha recibido respuesta.
En otro plano y en un ejercicio de sus funciones la portavoz del PP, Soraya S. de S, en el Congreso estudiará si sanciona a la diputada Luisa Fernanda Rudi, por romper la disciplina de voto del partido optando por la abstención en el decreto-ley del Gobierno para llevar a cabo el trasvase del Ebro a Barcelona. Dice Soraya que aplicaría el reglamento interno y que el apoyo del PP al Gobierno fue congruente con su programa electoral. Todo esto son síntomas claros de cambio de talante. Se supone que esto le agrada a la ciudadanía, lo del dejar de gobernar, acción que no agradece el andaluz Chaves que achaca a Rajoy el que se esté dejando muchos heridos graves en el camino aunque estos lesionados, como Zaplana, pasen a la vida privada con un suculento contrato. Es de la tesis de Alfonso Guerra que dice que cuando la derecha deja el poder se “forra”: «siempre la gente de la derecha tiene facilidad, suerte o habilidad para cuando uno deja la política colocarse bien desde el punto de vista económico».
Por lo demás, Andrés Pajares ya está en casa aunque con los cargos de amenazas y dos faltas de lesiones cometidos ayer cuando agredió, disfrazado y con una pistola de juguete, a los trabajadores de un bufete de abogados de la capital.
También y de una forma ejemplarizante -hasta ahí podíamos llegar- los duques de Lugo y sus hijos han sido denunciados de oficio por los municipales catalanes por circular en unión de sus hijos, de una manera desordenada, por el centro de la calzada, con evidente mal ejemplo y escándalo para sus convecinos.
