Cuando ya parecía que habían asimilado los franceses la victoria de Alberto Contador en el Tour ahora es Le Monde el que la pone bajo sospecha, sacando una vieja historia de 2005 en que Contador fuera citado en los documentos confiscados por la Guardia Civil en la investigación conocida como ‘Operación Puerto’, dando a entender que, por un lado, Contador no debió haber disputado esta edición del Tour y tuvo que haber sido suspendido, y por otro, que pudo haber utilizado sustancias dopantes.
Esas citaciones “invalidarían la justificación del Tour para autorizar la participación del ciclista español, ya que Contador estaría vinculado con la clientela del médico Eufemiano Fuentes, presunto responsable de la trama de dopaje”
En el primero documento aparece Alberto Contador junto a otros 15 ciclistas. Y en el segundo aparecen las iniciales A.C que los guardias atribuyen a Contador. Algo similar a L.B, que Bárcenas atribuyó a Luis el Cabrón, similar en que entre todos le quieren jugar a Contador una cabronada similar a la grandeza de la ronda gala, como se llama tópicamente al Tour de Francia.
Pero lo de Le Monde viene de atrás y justificable por el rencor con que contempla los éxitos de los deportistas españoles, ya que hace un par de años también lo relacionó con el dopaje por haber acudido a declarar no como imputado sino como testigo en la Operación Puerto. De hecho el año pasado no lo dejaron participar.
.A la enemistad de Armstrong que no para de enviarle recados incluso desde twitter, diciéndole: “Vaquero, te queda mucho que aprender”, se ha unido la enemiga del triple campeón Greg Lemond que pidió a Contador que demostrara que no se dopa. Pero ¿Desde cuándo un corredor debe demostrar por iniciativa propia que no se dopa? Quien tiene que demostrarlo es la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) y la Agencia Francesa Antidopaje (AFLD) y ningún corredor ha dado positivo este Tour.
Para colmo y de una forma insidiosa a la organización del Tour le pareció oportuno dar el cambiazo con los himnos, circunstancia que propició el que asistiéramos al penoso espectáculo, después repetido docenas de veces, de ver a Esperanza Aguirre tararear el Himno nacional de España, para perplejidad de los asistentes en directo al acto. Lo único comparable que vemos en la videoteca de Youtube es una saeta cantada por Sarita Montiel en la Semana Santa sevillana bajo las incrédulas miradas de los nazarenos. Que se sepa no había alcohol por medio sino ansias de protagonismo, digo yo.
