A ver si se aclaran de una vez con la sanidad

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 Desde antes de llegar a la jefatura del gobierno ya decía Rajoy que le iba a meter la tijera a todo, salvo a pensiones, sanidad y educación porque no quería recortar los  derechos de los ciudadanos. Posteriormente se ha comprobado que pocas cosas se han librado de los recortes a excepción de la sanidad, que al día de hoy está sumida en una ceremonia de la confusión que ni los mismos actores de la misma saben a ciencia cierta cómo va a quedar la cosa.

Se oyen voces de todo tipo, desde que el sistema sanitario ha dejado de ser intocable hasta hoy mismo en que el locuaz dirigente del PP, el sr. Floriano ha afirmado que los ajustes de su partido en materia sanitaria son para garantizar su sostenibilidad y, como ha hecho también esta mañana el portavoz en el Congreso, Alfonso Alonso, con el objetivo de volver a poner a cero el contador de la deuda en este sector, ha rechazado el copago y ha asegurado que el Gobierno y su partido siempre han sido partidarios de “la gratuidad en la sanidad”.

En  esas estamos pero antes, muestra de la confusión reinante, hemos tenido que ver a Guindos avanzar en el Frankfurter Allgemeine la intención del Gobierno de “reformar la educación y la sanidad”; y al responsable de Sanidad y Asuntos Sociales del PP, José Ignacio Echaniz afirmar “que se puede tocar todo porque nuestro sistema de salud está en riesgo vital grave”. Y sigue preparando el cuerpo para lo peor alguien tan cualificado como la ministra de Sanidad, Ana Mato, que dice en La Razón que  “nuestro sistema sanitario es absolutamente insostenible por lo que hace falta racionalizar el gasto”.

Ustedes harán bien en creer a todos los anteriores o a ninguno, pero uno de los que tienen más poder en el Gobierno, como puede ser el ministro de Economía, Luis de Guindos, sí nos puede indicar aproximadamente por dónde van a ir los tiros: el ejecutivo tiene en sus planes la reforma de la Sanidad y una de las variables que baraja es que  las rentas altas paguen por los servicios sanitarios, o lo que es lo mismo, instaurar la progresividad en el acceso a este servicio público, que ya sufragan los ciudadanos a través de impuestos: «Hay que abrir el debate de si debemos proveer todos los servicios sanitarios gratuitamente a un señor que gane 100.000 euros»

«Se han acumulado deudas por más de 15.000 millones de euros en las comunidades autónomas» «Nos podemos encontrar con que los proveedores de servicios sanitarios dejen de servir a las comunidades». «Nos hemos encontrado con una comunidad autónoma -Andalucía- que no ha encontrado proveedores para una subasta, y eso crea un déficit estructural que no podemos mantener». La reforma es imprescindible, opina Guindos, porque hay mucho en juego. «Nos jugamos el futuro de la calidad del sistema»

Dentro del sistema actual, y en el apartado de los medicamentos, desde tiempo inmemorial se produce una grave discriminación: los jubilados procedentes de cuerpos estatales, que han estado afiliados a ISFAS o MUFACE,  pagan un 30 % de los medicamentes, cuando creo saber que para los demás jubilados del Régimen General de la Seguridad Social el coste es cero.

El pueblo está más necesitado que nunca de que se le hable con claridad. Se está  hartando – a la vista están los últimos resultados electorales- de la prepotencia de la mayoría absoluta. El pueblo quiere saber, en definitiva, en qué va a quedar nuestro sistema sanitario, que dicen que es de los mejores del mundo.

 

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