Cármina Burana en Málaga

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Los puristas pensarán que Carmina -poema, canto o cántico- en latín no lleva tilde pero para facilitar la pronunciación de kármina es por lo que se la he añadido en el título. De esa manera somos fieles a la pronunciación verdadera y evitamos hacerlo errónamente, como  la pronuncian algunos locutores que deben ignorar este extremo -y bastantes otros…-. Pero para que los ortodoxos de nuestra lengua se vean libres de todo tipo de resquemor les diré que la  Real Academia Españolasugiere que a las palabras latinas se les coloque la tilde en los casos en que la ortografía latina no coincide con la española. Y como ya sabemos la pronunciación correcta ya podemos escribir Carmina Burana, (burana es el adjetivo gentilicio que indica la procedencia: de Bura (el nombre latino del pueblo alemán de Benediktbeuern).

Hecha esta introducción de tipo lingüístico añadiremos que  Cármina burana es una colección de cantos de los siglos XII y XIII, que se han conservado en un único que  recoge un total de 300 rimas, escritas en su mayoría en latín, algunas partes en un dialecto del alto alemán medio, y del francés antiguo.

En los Cármina burana se satirizan y critican todas las clases sociales en general, especialmente a las personas que ostentaban el poder en la corona y sobre todo en el clero. Las composiciones más características son las Kontrafakturen que imitan con su ritmo las letanías del antiguo Evangelio para satirizar la decadencia de la curia romana, o para construir elogios al amor, al juego o, sobre todo, al vino, en la tradición de los carmina potoria.

Pues bien, algunos de estos poemas medievales de Carmina Burana han sido convertidos  por Carl Orff en una cantata escénica del siglo XX que se compone principalmente de versos en latín aunque cuenta con fragmentos en alemán y provenzal antiguo. En total  25 canciones ordenadas de modo que pudieran ser representadas en un escenario. En cuanto a la música, se amoldó a la sencillez de los textos. Aproximadamente la mitad de las piezas son canciones cuya melodía se repite en cada estrofa casi sin variantes, limitándose algunas veces a realizar simples escalas mayores o menores.

Todo esto esperamos poder admirarlo pronto en el Teatro Cervantes de Málaga. Nunca es tarde para intentar paliar el enorme déficit musical que llevamos como un lastre, sobre todo en las provincias. Hay que agradecer a las instituciones que sigan en la brecha para combatir la leyenda que afirmaba que «Málaga era la ciudad de las mil tabernas y una sola librería».

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