La lacra de la pederastia que no remite

Siendo la pederastia la utilización de un menor como objeto sexual por parte de otra persona en condiciones de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder y siendo un problema universal que está presente, de una u otra manera, en todas las culturas y sociedades y constituyendo este problema, castigado por la ley divina –quien escandalizare a uno de estos pequeños, ¡más le valdría no haber nacido!- y humana, una interferencia en el desarrollo evolutivo del niño que puede dejar unas secuelas que no siempre remiten con el paso del tiempo, a pesar de ser un hecho tan grave continúan produciéndose casos o aflorando otros ocurridos en el pasado sobre todo en el seno de la Iglesia Católica, afectada especialmente por esta terrible lacra.

El último caso que ha aparecido y  que El Mundo describe con gran cantidad de detalles es el del obispo emérito de Brujas Roger Vangheluwe,que ha confesado haber abusado sexualmente de uno de sus sobrinos en los años sesenta aunque “sin penetrarlo”.»No hubo penetración. Fue sin malicia».Así describe su afición que practicaba con los dos sobrinos:

«Cuando me tocaba hacer una visita a mi familia (en los años 60 y 70) en la casa no había muchas posibilidades de alojamiento, así que me metía en el dormitorio con todos mis sobrinos…entonces todo empezó como un simple juego, aunque no fue más allá, no se trató en absoluto de una violación y, desde luego, nunca hubo violencia sexual, aunque sí tocamientos de las partes íntimas. Tampoco estuve nunca desnudo en su presencia» “los tocamientos sexuales (a ambos sobrinos, entonces de 12 y 13 años) se produjeron varias veces al año: se convirtieron en una costumbre»»No entiendo ni yo mismo cómo pude ir tan lejos, sabía que lo que estaba haciendo no era bueno…creo que no tenía nada que ver con la sexualidad. Había bastante intimidad entre nosotros y sí hubo tocamientos de los miembros viriles, pero nunca hubo sexo violento»

Uno de los sobrinos lo cuenta así: «Un día hizo una visita al colegio del Sagrado Corazón en Roeselare (Flandes) y en determinado momento, en privado, me pidió que me bajara los pantalones. Me empezó a tocar los genitales. Le pregunté que por qué lo hacía, y él me respondió que para comprobar si estaba ‘en buena salud'»

El papa Benedicto XVI, ha ordenado «cura espiritual y psiquiátrica» para superar su problema, aunque, de momento, no le ha apartado de la Iglesia y si le ha recomendado que no vuelva a Bélgica hasta que este curado definitivamente desde el monasterio en el Loira en que esta recluido.

Pero los casos no se reducen  al obispo Roger Vangheluwe,: Bélgica está estremecida al conocerse que “las investigaciones por el medio millar de casos denunciados de abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia Católica entre los años 60, 70 y 80 están a punto de terminar en la papelera, después de que fuentes judiciales admitieran que la mayor parte de esos delitos han prescrito o están a punto de hacerlo incluido el caso de Vangheluwe” por lo que  no habrá proceso judicial nacional aunque  el Papa tiene facultad,  para imponer una sanción sin infringir el procedimiento judicial nacional de cualquier Estado de derecho.

 

 

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