Amy está desaparecida desde el 1 de enero de 2008, a los 15 años, y Marta desde el 24 de enero de 2009, a los 17. De la primera no existen indicios de que hay muerto ante la posibilidad de que fuese una fuga voluntaria. El misterio y la falta de pistas envuelven la desaparición.
Audrey Fitzpatrick lleva tres años sin saber nada de su hija Amy que, después de haber pasado la Nochevieja y el día de Año Nuevo en casa de su amiga Ashley, debía volver a casa lo que no le hizo demasiada gracia, pero al final aceptó. Eran las diez de la noche cuando se despidió de su amiga y tomó el camino de siempre, el más corto entre las casas de ambas, pero también el menos transitado al tratarse de un sendero sin iluminación. No llevaba ni dinero ni móvil. Ahí se esfumó Amy. Se siguen distintas líneas de investigación y la familia ha llegado a ofrecer un millón de euros a quien aporte pistas claras e inequívocas sobre el paradero de Amy sin resultados hasta la fecha.
En el caso de Marta, al haber declaraciones aunque contradictorias a cargo de sus supuestos asesinos, hay menos dudas sobre el desenlace final aunque su cuerpo aun no ha aparecido lo que puede ser una baza a favor de los imputados cuando se celebre el juicio aunque hay teorías para todos los gustos: según la más radical a Miguel Carcaño le pueden caer 52 años.
Aunque es de suponer que el cuerpo del delito se seguirá buscando es imposible que lo sea con la misma intensidad que al principio en que actuaron conjuntamente, sobre todo en el Guadalquivir, el II Batallón de la Unidad Militar de Emergencias, la Policía Judicial, la Guardia Civil, Bomberos y Autoridad Portuaria. Todo un dispositivo magníficamente ejecutado que se iniciaba al amanecer y finalizaba al anochecer: se la buscó con intensidad, se barrieron las orillas, se recorrió el río por completo en cuatro ocasiones aunque las mareas pusieron muchos obstáculos. No se encontró lo que no supone que no estuviera en el río, sumergida en su fangoso lecho o no hubiese sido arrastrada al Atlántico. Tampoco fue su cuerpo hallado en el vertedero de Alcalá de Guadaira.
Casi dos años después los cuatro imputados siguen ganándole el pulso a la justicia y a la policía, y en general a todo el Estado de derecho y a la espera de ser juzgados los mayores de edad cuando el TSJA decida si el juicio lo enjuicia un tribunal profesional o un jurado popular. El menor, el Cuco, sí va a comenzar a ser juzgado precisamente el día de la desapareción de Marta el próximo 24 de enero, justamente cuando se cumplan dos años de su desapareción en unas circuntancias todavía no bien aclaradas al existir varias versiones a cargo del o de los asesinos y encubridores.
Ante esta fecha, el padre de Marta, Antonio del Castillo, muy pródigo en declaraciones que algún día le pueden pasar factura y muy cercano a determinadas siglas políticas que en algún momento han intentado rentabilizar políticamente el caso, al igual que el padre de Mari Luz, ha manifestado que «para mí y para toda mi familia todos los días son 24 de enero, por lo que el hecho de que el inicio de la vista oral coincida con el segundo aniversario de la desaparición de Marta es un hecho que, aunque me apena, también me alegra, pues el menor se va a acordar toda su vida del día 24 de enero». “Confío en que el Juzgado de Menores le imponga la máxima pena posible, aunque esta pena no tendrá nada que ver con la que yo le impondría, pero hay que ajustarse a lo que dice la Ley del Menor».
Muy buena info.-