Extraído el título de Pensión Avenida,(1) CesarRDocampo, en el Foro Campillos.
Nos gusta el título de “Pensión Avenida”, parece un título cinematográfico lleno de sugerencias del tipo de “Cinema Paradiso” con la diferencia de que en el primero se pretende hacer un recuerdo y recuento de vivencias personales limitadas a un corto periodo de tiempo que podría también considerarse como una especie de etopeya y en el segundo se retratan sentimientos hacia la Italia de la posguerra amén de ser una declaración de amor al cine por parte de su director Giuseppe Tornatore.Todos estamos unidos sentimentalmente al pasado y amamos el cine de aquellos años que nos abría los ojos al mundo y a tantas nuevas experiencias.
Recordar el pasado y revivirlo a través de ese símbolo, y quién sabe si en el subsconciente, estaría poniendo las bases para un hipotético reencuentro con aquella realidad pasada.Toda trayectoria vital siempre es circular y siempre volvemos al claustro de donde partimos, real o de azarosa elección como pudo ser este caso.
(1) Ya desaparecida así como todos los edificios de la calle Puerta de Teba y coyunturalmente Avenida de José Antonio.
Es para mí un honor, después de algún tiempo, volver a escribir en tu inmensurable foro, y exagerando o no, me atrevería a decir que tu “Perfil de un pueblo…” es ya un caudal, una hacienda como si fuese tu “parné”, ¡ole!: el único poder que no se discute nunca. ¡Enhorabuena!
Y gracias, amigo Alvallo, por recordarme algo que pareciera que olvidé.
No. La Pensión Avenida es más que un plano de situación en mi historia. Lo que pasa es que:
“PENSIÓN AVENIDA”, por un corto tiempo frunció los labios y hundió los hombros, porque tenía yo que hablar de monarquías. Mientras, guarda silencio, mas espera manifestarse.
“Pensión Avenida”, en estos momentos, se encuentra entre bastidores, a punto de salir a escena, mientras vengo caminando desde la estación. Estoy entrando por la puerta de Teba: A mi izquierda, bar el Cañetero, calle Lavados, tienda de comestibles Vera, la casa de Anita Fontalba, antiguo local de Salvador Morillo… A mi derecha, la casa de Juan Parejo, de Benito Luna, Salvador Morillo, Antonio el Pijo, o Rosarito y Pepe Navas.
Y ya me paro delante de los dos escalones de aquella entrañable “Pensión Avenida”. A un lado del escalón estaba sentado un hombre con sombrero. Pregunto si tienen habitaciones libres. El hombre, incorporándose, dice: ¿Viene usted de Madrid? ¿Es usted don César?
Don José Macías me había reservado habitación.
La puerta de entrada a la Pensión Avenida, enarcaba sus cejas mirando al sol naciente. Desde allí se podía ver la plaza Cardenal Spínola, impregnada con la historia entera de todo un pueblo. Pude ver un estanco, gentes con prisa caminando hacia la plaza de abastos, algunos árboles, el comienzo de la calle Real, y por las noches las estrellas.
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Por lo demás, querido Alvallo, decirte que has dado en diana, comparando PENSIÓN AVENIDA con “Cinema Paradiso”. Yo bien podría ser aquel niño cuyo único defecto había sido mi amor irrefrenable por el cine, donde yo me encontraba con mis amigos: Chaplin, Greta Garbo, James Dean, John Wayne, etc.
El encanto de la PENSIÓN AVENIDA estaba en sus gentes, en la bien dibujada y mejor esculpida prudencia de doña María Antonia Segura (a quien desde aquí mando, sobre el vuelo de una primera gaviota, un cariñoso saludo), en la sonrisa y en las sienes de Manolo Morillo un gran fan del Cordobés; ellos dos, junto a sus hijos, daban vida y protegían todo el encanto de aquel tranquilo recinto.
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