Urdangarín y el talonmano

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 A la vista de que Urdangarín a su retirada del deporte en el que tanto destacó se sumergió en un mundo lleno de transacciones pecuniarias ya hay quien a su nueva actividad la ha llamado el talonmano.

En el que ya vamos a llamar caso Urdangarín al ser el personaje de más relieve entre los componentes del Instituto Nóos y empresas satélites se echa en falta una mayor celeridad de la justicia en la citación judicial del yerno del rey. Si esto no ocurre pronto la gente  va a plantearse en serio aquello de que van a tener razón quienes piensan que la justicia no es igual para todos si es que hay algún extraterrestre que opinara todo lo contrario.

Casos como este demuestran que la justicia tiene varios raseros según el pelaje del justiciable. Fíjense, ya que estamos en territorio semanasantero, lo que suele ocurrir en la procesión del Rico: suele recibir el perdón un pringao que ha metido la mano en la caja por valor de unos cuantos miles de pesetas y al que le han caído varios años de cárcel. Ya que está demostrado que Urdargarín era socio de Diego Torres, y que ambos tenían una sociedad “sinónimo” de lucro con la que, obtenían pingües beneficios, ¿a que espera el fiscal para presentar la acusación? ¿Si en lugar de Urdargarín se llamara García García y fuera un pobre contable, habría tantos “remilgos”?.

Dicho todo esto he de añadir porque es una contestación a lo anterior que hoy se ha sabido que los investigadores judiciales tienen previsto finalizar en 45 días el estudio de toda la documentación incautada en los últimos registros y, a partir de ese momento, citar como imputado a Iñaki Urdangarin aunque no a su esposa la infanta Cristina. Por lo visto el Instituto Nóos, presidido por Iñaki Urdangarín fijaba unos precios “totalmente desproporcionados por los servicios que prestaba para la administración pública de manera que simulaba la contratación de servicios ficticios a entidades mercantiles o presumiblemente facturados por importe superior al servicio realmente prestado. Un ejemplo es uno de los presupuestos que el Instituto Nóos facilitó al Gobierno balear para justificar los 1,2 millones de euros que pidió para la organización de un congreso sobre Turismo y Deporte :

En viajes, alojamiento y hospitalidad para unas 100 personas, el presupuesto alcanzaba 240.000 euros de los que 85.000 eran para los desplazamientos de los expertos internacionales, otro tanto para los hoteles donde dormían y 80.000 para el catering, compuesto por “cuatro comidas, tres cenas y seis coffee breaks” para esos invitados.

Para pagar a los ponentes que supuestamente iban a intervenir en las dos jornadas en que estaba dividido el congreso se habían reservado 120.000 euros, y otros 90.000 para supuestos acuerdos de investigación con universidades.

Esto es solo una pequeña muestra de cómo el dinero público se ha estado yendo por los sumideros y de cómo en esta trama ha habido muchos aprovechados aunque en lo alto de la pirámide figure Urdangarín. Un dinero que ha fluido alegremente porque la presencia de estos miembros de la familia real en cualquier evento garantizaba la presencia de público y con ello los patrocinadores y anunciantes.

Lo de Urdangarían y el reciente indulto de un banquero por parte del gobierno, este tratamiento de favor a las  élites, no hacen sino aumentar le descrédito del sistema democrático.

 

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