Carme Chacón sigue su hoja de ruta: Líbano

La visitaRevista a las tropas

“La ministra de Defensa, Carme Chacón, ha llegado hoy a Beirut, en Líbano, para visitar a los 1.100 cascos azules desplegados en el sur del país, que se encuentran cumpliendo una misión de paz de la ONU.”

Ayer decíamos que la ministra es una pacifista confesa lo que no quiere decir que sea antimilitarista. Es una mujer inteligente que sabe que los ejércitos tienen que existir, por lo menos mientras el ser humano siga estando hecho de la misma pasta que lo induce a invadir los distintos territorios de sus semejantes: el ejército sería la defensa.

Acabamos de oír las palabras al llegar al país de los cedros y desde luego los breves discursos que Carme Chacón dirige a las tropas son unas piezas oratorias en que predomina la sencillez y la hondura de sentimientos, algo que jamás transmitían ni Trillo -¡viva Honduras!- ni Bono al que muchas veces pierde su afán de protagonismo-recuerden su toma de posesión de ministro de Defensa en que fuimos trasladados a las que se celebran en el Cono Sur por lo tumultuosa- y su impostada voz que quizá le venga por su vocación de comunicador televisivo. Esta ministra posee una voz que aún siendo barcelonesa nos traslada a lo pijo madrileño, pero sólo en su envoltura exterior: ella es una currante, del tipo de Trinidad Jiménez, que queda muy lejos de la vacuidad de la pija madrileña, o sea, que tiene por bandera el dolce far niente, y no vamos a poner ejemplos, porque para eso están los mariñas, cantizanos, carmeles y demás fauna. Seguro que ustedes me entienden.

Esta voz cálida, madrugadora, embellecida además por su estado de buena esperanza-aquí no cabe la cursilería- nos ha alegrado el desayuno, aderezado desde luego no con el aceite de girasol bajo sospecha sino con el de oliva, que, además de sus efectos cuasi miríficos, parece que nos trasmite la facultad de distinguir lo auténtico de lo fingido.

Ya en otra dimensión conocemos que ETA se acomoda a los nuevos tiempos y a la crisis: en su nuevo y masivo envío de cartas de extorsión dice que está dispuesta a que el impuesto revolucionario sea abonado en cómodos plazos. Lo que no deja de ser algo novedoso en el entramado político-social en que este fenómeno está insertado. Algo que debería también aplicarse a si mismo el tozudo Ibarretxe: o renovarse o morir en la anacrónica pelea que plantea, aunque en este caso el aceite de oliva no nos ayuda a discernir si sus compañeros de partido lo han dejado sólo con su soberanismo de opereta. Aquí puede haber mucho gato encerrado, como de costumbre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *